El Papa Francisco deseó “un auténtico espíritu penitencial y de conversión, así como un regreso al Padre” a todos los fieles en este Miércoles de Ceniza que marca el inicio de la Cuaresma.
“Hoy, Miércoles de Ceniza comienza el camino de Cuaresma. Deseo a cada uno de vosotros que viváis este tiempo con un auténtico espíritu penitencial y de conversión, como un regreso al Padre, que espera a todos con los brazos abiertos para admitirnos en la comunión más estrecha con él”, fueron las palabras del Papa durante la Audiencia General celebrada este miércoles 6 de marzo en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Además, durante los saludos a los peregrinos de lengua española, deseó a todos “un feliz comienzo del tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión y de misericordia: que la oración, la limosna y el ayuno nos ayuden a renovar nuestra vida cristiana, participando en la Pascua del Señor”.
El Papa Francisco presidirá este miércoles la Misa del Miércoles de Ceniza que se celebrará en la Basílica de Santa Sabina de Roma.
Antes, el sumo pontífice presidirá la primera de las estaciones cuaresmales, un antiguo rito que invita a los fieles a detenerse para meditar sobre la Pasión del Señor antes de continuar con sus quehaceres cotidianos. Esta primera estación tendrá lugar en la iglesia de Sant’Anselmo all Aventino.
Hoy, Miércoles de Ceniza, comienza el camino cuaresmal. Les deseo a todos ustedes que vivan este tiempo con auténtico espíritu penitencial y de conversión, como un regreso al Padre que nos espera a todos con los brazos abiertos.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 6, 2019
Significado del ritual
“Polvo eres y el polvo te convertirás”. “Conviértete y cree en el evangelio”. Esas frases, pronunciadas por sacerdotes mientras dibujan con ceniza la señal de la cruz en la frente de los feligreses, representan todo el Miércoles de Ceniza: el inicio de la Cuaresma (los 40 días en los que los católicos se preparan para la pasión, muerte y resurrección de Jesús).
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Cada año, el Miércoles de Ceniza se dejan ver por las calles miles de católicos con esta señal en su cara pero, ¿qué significa todo esto?
Las cenizas, resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es temporal: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo”, explican en la web catholic.net.
Al igual que la mayoría de tradiciones de la Iglesia católica, su origen está ligado al Judaísmo: en la antigüedad, estos tenían por costumbre cubrirse con cenizas cuando habían pecado o si se preparaban para una fiesta importante. Era un símbolo “de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios”, agregan en dicho portal web. La Iglesia católica adoptó esta práctica y, al principio, solo los “penitentes que comenzaran su penitencia pública” recibían la ceniza.

Fue años después, en el 384 a.C., cuando “la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos” y, aún más tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo. Esto se produjo tras un tiempo en el que estas prácticas cayeron en desuso (entre los siglos VIII y el X).
Las cenizas, aquello que se desvanece, como señal de una vida terrenal caracterizada por la “inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte”, describen en aciprensa.com. Son un recordatorio para que los católicos adquieran “una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia”, añaden en la citada página.
Al ser el Miércoles de Ceniza el inicio de la Cuaresma, y la cuaresma el tiempo de preparación para la Pasión de Cristo mediante la reflexión, la Iglesia católica pide a sus feligreses que oren y realicen ciertos sacrificios: el ayuno y la abstinencia tanto el Miércoles de Ceniza como todos los viernes posteriores hasta el Domingo de Resurrección.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia se basa en no comer carne. Según explican los referidos portales web, la abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y, el ayuno, de los 18 a los 59 años. Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden “perdón a Dios por haberlo ofendido” y le dicen “que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre”, agregan en dicha web.