De concretarse un consenso parlamentario que se decante por un “muro inteligente” y deje atrás la idea del muro de acero del presidente Donald Trump, una nueva batalla iniciaría debido a que algunos legisladores representantes de la frontera sur vislumbran en el uso de “nuevas tecnologías” potenciales peligros para los derechos civiles.
La creciente preocupación no solo apunta a los derechos de los migrantes de los Estados Unidos, si no a que se cree que existe la posibilidad de que se vulneren los derechos de los residentes que tiene hogar frente a donde estaría el posible “smart wall”.
Un muro inteligente consiste en una barrera tecnológica que mezcla las capacidades que al sistema de “inteligencia fronterizo” brindarían software de reconocimiento facial, sensores de movimiento, drones con cámaras térmicas, dispositivos de microondas para intercepción de señales de radio y controles biométricos o de ADN que de acuerdo a los legisladores ponen en riesgo los derechos civiles.
De acurdo a un trabajo realizado por la periodista Emily Birnbaum, parte del staff de la empresa editorial capitalina The Hill, la representante demócrata Verónica Escobar, quien es el rostro parlamentario por el distrito fronterizo de Texas, dijo que las tecnologías invasivas solo agregan más preocupaciones a las existentes en la frontera.
“Siento muy, muy firmemente que ya … muchos derechos fundamentales se evaporan una vez que pisas una línea determinada cerca de la frontera entre México y Estados Unidos”, dijo Escobar. “Eso siempre ha sido muy preocupante para mí”.
Los defensores dicen que el público a menudo no entiende el alcance del problema. La autoridad de la Patrulla Fronteriza se extiende mucho más allá de la frontera real, 100 millas hacia los EE. UU., y el área fronteriza incluye muchas ciudades importantes como El Paso y Laredo en Texas. Pintan una imagen preocupante de la vigilancia y la tecnología de seguridad que está escaneando información sobre los residentes de la frontera.
The Hil tuvo acceso a comentarios de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), entidad que ha planteado sus preocupaciones al respecto.
Con respecto al tema, el analista de políticas de la ACLU, Neema Singh Guliani, y la asesora legislativa principal, Michelle Fraling, durante el fin de semana, postearon en una plataforma social que “el Congreso, no otorga al DHS autoridad sin restricciones para construir un ‘muro inteligente'”.
“El uso sin garantías de estas tecnologías tiene un costo inaceptablemente alto”, escribieron en el post. “Permiten al gobierno rastrear, vigilar y monitorear a los individuos de manera indiscriminada y con detalles precisos”.
“Los individuos en la zona fronteriza no deben estar sujetos a una vigilancia casi constante que interfiera en los aspectos más íntimos de sus vidas”, agregaron.
Pero esas preocupaciones parecen estar avanzando poco con muchos legisladores, que están ansiosos por llegar a un acuerdo sobre seguridad fronteriza y evitar otro cierre.
Cuando se le preguntó sobre una carta en la que se pedía a los legisladores que bloquearan el financiamiento de un muro inteligente, un portavoz del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes dijo a The Hill que los demócratas creen que un muro inteligente es preferible al “muro de la frontera propuesto por el Presidente”.