El gobierno de Donald Trump anunció sanciones contra cinco personalidades europeas que abogan por una regulación estricta de la tecnología y contra la desinformación en línea, entre ellas el excomisario francés Thierry Breton.
Las acciones de estas personas, a quienes se les prohibió la entrada en Estados Unidos, se asemejan a una “censura” en detrimento de los intereses estadounidenses, justificó el Departamento de Estado.
“Durante demasiado tiempo, los ideólogos en Europa han liderado esfuerzos organizados para coercionar a las plataformas estadounidenses para que castiguen los puntos de vista estadounidenses con los que no están de acuerdo”, criticó el secretario de Estado, Marco Rubio, en la red social X.
“La Administración Trump ya no tolerará estos actos atroces de censura extraterritorial”, añadió.
La medida apunta contra Breton, excomisiario europeo de Mercado Interior y quien lideró la regulación digital en Europa. El francés chocó con magnates tecnológicos, como Elon Musk, por hacer cumplir las normas de la Unión Europea (UE).
El Departamento de Estado describió a Breton como “la mente maestra” detrás de la Ley de Servicios Digitales (DSA, en inglés), que impuso medidas de moderación de contenido y normas de protección de datos a las principales redes sociales.
“¿Sopla de nuevo un viento de macartismo?”, reaccionó el excomisario en X, en referencia a la caza de brujas anticomunista promovida por el entonces senador estadounidense Joseph McCarthy en la década de 1950.
“Un recordatorio: 90% del Parlamento Europeo, elegido democráticamente, y 27 Estados miembros aprobaron por unanimidad la DSA”, agregó Breton. A “nuestros amigos estadounidenses: la censura no está donde piensan”.
Las otras cuatro personas sancionadas con la prohibición de ingreso a Estados Unidos son representantes de oenegés que luchan contra la desinformación y el odio en línea en Reino Unido y Alemania.
La lista incluye a Imran Ahmed, fundador del Centro para la Lucha contra el Odio Digital (CCDH, en inglés), que cayó en la mira de Musk luego de su adquisición de Twitter, renombrado como X.
También a Anna-Lena von Hodenberg y Josephine Ballon, de la alemana HateAid, organización señalada por el Departamento de Estado de tener como función “reforzar” la DSA.
Completa el grupo Clare Melford, quien dirige el grupo Global Disinformation Index (GDI).
“Ataque”
Desde que volvió a la Casa Blanca en enero, Trump lleva a cabo una amplia ofensiva contra las normas de la UE sobre tecnología que imponen regulaciones a las plataformas, como la notificación de contenidos problemáticos, que Washington considera una violación de la libertad de expresión.
El bloque europeo cuenta con el arsenal jurídico más potente del mundo para regular el ámbito digital.
Estados Unidos se tomó muy mal la multa de 140 millones de dólares impuesta por la UE a principios de diciembre a X, la red social de Musk, descrita por Rubio como un “ataque contra todas las plataformas tecnológicas estadounidenses y el pueblo estadounidense”.
Pero, en general, Trump tiene a Europa en el punto de mira.
En su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, su gobierno habla de un “borrado civilizatorio” del Viejo Continente.
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Washington apunta además sin distinción a las instancias europeas “que socavan la libertad política y la soberanía”, las políticas migratorias o incluso “el colapso de las tasas de natalidad”.
Jean-Noël Barrot, jefe de la diplomacia francesa, aseguró en X tras las sanciones a las cinco personalidades que “los pueblos de Europa son libres y soberanos y no pueden permitir que otros les impongan las normas que se aplican a su espacio digital”.
Por: AFP

































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