Hipotéticamente Joe Biden estaría más cerca de la Oficina Oval, más allá de que Donald Trump este sentado justamente en ella. EEUU amaneció sin definir quién será el cuadragésimo sexto presidente de la nación.
Una llovizna de circunstancias pronostica que el proceso electoral derivará en una fuerte tormenta. Las acusaciones de fraude hechas por el propio presidente en funciones y trumpistas armados en las calles caldean la hasta ahora cívica manifestación.
Los analistas colocaron las borrascas en sus tableros, con escenarios que poco a poco empiezan a materializarse. Todos los llamados a la calma hechos previamente por los líderes de la nación parecen contener los ánimos. No obstante en ese dique no están las manos de Donald Trump, quien amenaza con judicializar las elecciones.
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Compartimos una visión de Amanda Mars, corresponsal de EL PAIS en Washington. Algunos de sus datos los hemos tomado para la elaboración de esta nota. No solo es su perspectiva, sino la de muchos analistas, que Joe Biden avanza hacia la presidencia de Estados Unidos.
EEUU amaneció sin definir
Más de 48 horas de conteo tienen a los estadunidenses expectantes. En el ámbito internacional no han sido de peso las posturas generadas porque EEUU amaneció sin definir Presidente. Los americanos están trasnochados y anclados a las pantallas de los televisores. En los Centros electorales se maneja un torrencial caudal de votos que definen a estos comicios como los de más alta participación.
La cantidad de votos por correo y el voto anticipado han creado en el proceso un embudo. Frente al dilema Trump agita las banderas del fraude. Desde Wilmington, Joe Biden es cauto y no se atribuye la victoria. Sin duda estas elecciones son singulares desde todo punto de vista. Será fácil olvidar a las de George W. Bush y Al Gore, como una de las más penosas.
Las victorias en estados decisivos como Michigan y Wisconsin, ya amarradas el miércoles por la tarde, dejan a Biden a las puertas de la Casa Blanca. Falta que se confirmen los resultados en Nevada y Arizona.
Un escrupuloso conteo
El cuello de botella está en el conteo de Georgia y Arizona. Las diminutas diferencias entre ambos candidatos colocan los nervios de punta. Nevada anunció la noche del miércoles que no ofrecería nuevos datos hasta el día siguiente. Si Biden gana dos de ellos, ya tiene los votos electorales suficientes para triunfar.
Sin embargo mientras un escrupuloso conteo se lleva a cabo los ánimos se caldean. EEUU amaneció sin definir, pero tiene la marca de Caín en su frente. En las calles los hermanos empiezan a desconocerse y se cuece el caldo de la violencia.
Según Amanda Mars manifestantes a favor del conteo de votos y contrarios se concentraron ante los centros electorales de varias grandes ciudades. Los teatros de violencia ya son claros en Minneapolis y Nueva York. En Phoenix (Arizona) algunos seguidores de Trump protestaban armados con fusiles.
Los gritos de fraude no ayudan a crear un ambiente de paz. Justamente frente a las circunstancias es que se marcan las diferencias entre un estadista y un populista y los analistas dicen que Trump deberá elegir de qué lado de la historia desea pertenecer.
Biden ni lo niega ni lo confirma
EEUU amaneció sin definir quien será su Jefe de Estado, pero escuchó lo que Biden tenía que decir al respecto. “Tenemos los Estados necesarios para llegar a los 270 electores para ganar la presidencia. No estoy aquí para declarar que hemos ganado, sino para informar de que, una vez acabe el escrutinio, creo que seremos los vencedores”.
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Joe Biden pidió a los estadounidenses que dejen de tratar “a sus oponentes como enemigos”. “No somos antagonistas, lo que nos hace estadounidenses es mucho más fuerte que lo que nos separa”, añadió.
Fue un breve discurso en línea con ese mensaje en el que ha basado el corazón de su campaña. Él desea ser el presidente que quiere curar las heridas de un país fracturado socialmente. El está decidido a llevar por buen rumbo a un país que navega por una grave crisis económica y sanitaria. Pero todavía no está definido quién ganará las elección y asumirá la presidencia a partir de enero de 2021.