Al parecer la pandemia de la COVID-19 ha logrado amainar la cualidad de orgulloso redomado al presidente Donald Trump, quien sugirió una nueva fecha para el reavivamiento de la economía de los Estados Unidos con la promesa de que escuchará “con mucha atención” a sus asesores en temas de salud pública.
La lista de variables que deben coincidir para que el país regrese a la normalidad bajo la tranquilidad de los datos epidemiológicos es larga. Es un movimiento complejo que no desactiva a la calamidad. Es como tratar de hacer entrar sin crear destrozos a un elefante dentro de una cristalería.
El Jefe de Estado asomó al 1° de mayo como el nuevo momento de reapertura. “Tendré que tomar una decisión, y solo le pido a Dios que sea la decisión correcta. Pero diría sin lugar a dudas, que es la decisión más importante que he tenido que tomar”, admitió en su momento Donald Trump.
Puedes leer: Encuesta de POLITICO: Ex presidente Obama gana a Trump frente a la COVID-19
Con base a los datos del desarrollo del evento pandémico en los Estados Unidos, no es fácil solo apostar a la necesidad de relajar las normas sanitarias solo a favor de las ventajas económicas de acabar con el parón económico cuanto antes.
No se puede dejar de lado que la nación es desde hace al menos 10 días el epicentro de la pandemia, con casi medio millón de contagiados y un número de muertes que es difícil de escribir porque cambia en los minutos.
Una lenta reapertura
Jerome Adams, director general de salud pública del Gobierno estadounidense, dijo tras el anuncio presidencial que la nación no podrá reabrir su economía por completo el 1° de mayo, la fecha fijada por la Casa Blanca.
Adams aseguró que la “mayoría del país” no podrá volver a la normalidad el 1° de mayo, a pesar de que algunos miembros de la Administración creen que es necesario reactivar el país para esa fecha.
“La mayor parte del país no podrá reabrir para ser honesto, aunque algunas partes sí podrán”.
El funcionario argumentó que algunas partes de EE.UU. que se han visto menos impactadas por la pandemia podrán ir abriendo de manera escalonada a medida que se hacen test para detectar en qué zonas hay peligro de que se expanda el coronavirus.
Puedes leer: Estados Unidos superó a Italia en muertes confirmadas por coronavirus
“Así es como reabriremos el país: de sitio en sitio, poco a poco, basándonos en los datos”, detalló Adams.
Un difícil panorama
Más allá de la fecha a lo interno de la administración Trump los debates no encuentran en cauce común a la planificación de cómo y cuándo reabrir la economía. Existen desacuerdos entre los responsables sanitarios, que piden extender la cuarentena, y asesores económicos, como el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien aseguró que “absolutamente” será posible reanudar la economía el 1° de mayo.

Más allá la administración Trump tiene otra brecha que saltar: El carácter federal e independiente en los Estados Unidos. En la nación son los gobernadores de cada estado los que en última instancia deben decidir si los estadounidenses dejan sus casas y vuelven a trabajar.
En total, 42 de los 50 estados del país, además de Puerto Rico y el Distrito de Columbia, han emitido decretos para obligar a sus ciudadanos a quedarse en casa, lo que supone que aproximadamente el 95% de la población estadounidense (unos 316 millones de personas) se encuentran recluidos.