Ecuador se mantiene en zozobra y sumergida en una grave crisis política. Las protestas y los desórdenes callejeros han causado devastación en la capital Quito donde se apreciaban vías obstruidas, calles ennegrecidas por fogatas, avenidas cerradas y la huella de una dura protesta contra los ajustes económicos aplicados por el Gobierno como parte de un acuerdo con el FMI.
Las protestas son lideradas por grupos indígenas y otros sectores de la sociedad, inconformes con las medidas económicas anunciadas a principios de octubre por el presidente Lenín Moreno, que incluyen, entre otras, la eliminación de los subsidios a los combustibles.
Aunque ambas partes accedieron al diálogo, las protestas se hicieron más violentas y continuaron el fin de semana. Tras los disturbios, el presidente Moreno dispuso un toque de queda de 24 horas para Quito y los valles desde la tarde del sábado, en aras de recuperar el orden público.
A través de un comunicado por cadena nacional, el Jede de Estado ecuatoriano dijo: “Vamos a restablecer el orden en todo el Ecuador. Iniciamos con el toque de queda en Quito. He dispuesto al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas inmediatamente tomar las medidas y operaciones que sean necesarias”.
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Moreno dijo que el Ejército impondría un toque de queda en la capital y en áreas circundantes a infraestructuras críticas, como centrales eléctricas y hospitales, en respuesta a la intensificación de la violencia. Esta es la primera medida de este tipo que se impone desde que hubo una serie de golpes de Estado en el país suramericano en las décadas de 1960 y 1970.
Las fuerzas armadas de Ecuador salieron a las calles después de que el Presidente ordenara por el toque de queda horas como respuesta a un día de ataques a edificios gubernamentales y de prensa.
El Ejército logró recuperar el control del parque y las vías que conducen hacia a las sedes de Asamblea Nacional y la Contraloría, esta última incendiada por manifestantes que irrumpieron al interior del edificio.

Unas dos horas después del ataque a la Contraloría, un grupo de hombres encapuchados ingresaron a las oficinas de la televisora Teleamazonas en el norte de Quito, le prendieron a los accesos e intentaron irrumpir al edificio donde unos 20 empleados quedaron atrapados.
Tras horas de caos, Moreno apareció en televisión nacional junto a su vicepresidente y ministro de Defensa para anunciar que ordenaría a las personas permanecer en sus casas y que desplegaría a las fuerzas armadas en las calles.
En un mensaje posterior al anuncio de la medida de toque de queda, el Presidente anunció su disposición a evaluar el decreto que puso fin al subsidio a los combustibles para analizar sus efectos y asegurar que los beneficios lleguen a la comunidad.
Al menos siete personas han muerto durante los disturbios que comenzaron el jueves 3 de octubre según cifras de la Defensoría del Pueblo de Ecuador, que en su sexto informe ejecutivo difundido el pasado domingo indicó que ha registrado además, un total de 1.152 personas detenidas y 1.340 heridas.
Debido a esta situación, el Gobierno de Ecuador solicitó a la Organización de Estados Americanos que instale una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente, para denunciar un presunto intento de alteración del orden democrático y de caos ocurrido en el país durante las protestas sociales.