Donald Trump rompió el acuerdo con la Comisión de Debate Presidencial y se salió de los temas previamente establecidos. Está urgido por hacer ver a Joe Biden como un corrupto. El demócrata contraatacó con el asunto de la cuenta bancaria en China atribuida al mandatario. La respuesta del neoyorquino fue considerada un salto al vacío: “Soy un hombre de negocios haciendo negocios”.
El Presidente demostró una vez más que no está dispuesto a seguir reglas y que para sus objetivos, no le interesan los medios con el fin de lograrlos. El último debate presidencial en Nashville siguió la pauta alternativa. Trump, rezagado en las encuestas, tenía que dar al electorado un show que le hiciera ver como un hombre fuerte.
Según el promedio de RealClearPolitics, Biden lidera por 7,9 puntos porcentuales a nivel nacional, y por 4,1 puntos en los estados clave.
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Parte de la puesta en escena fue la ausencia de gritos ni insultos. El mandatario estadounidense no solo se saltó el temario por el que acusó a la Comisión de favorecer a Joe Biden. La otra sorpresa fue que elogió la labor de la moderadora, Kristen Welker. La corresponsal de NBC News en la Casa Blanca, quien tenía un botón para silenciar a los contendientes, en la víspera fue recusada por el presidente.
Trump rompió el acuerdo
A 12 días de las elecciones la ventana cada vez más estrecha del Debate Presidencial fue vista por Trump como una oportunidad. Trump le pidió a Biden “explicaciones”. Estaban referidas a las acusaciones de corrupción relacionadas con las actividades de su hijo Hunter en China y Ucrania. Fue una época en el candidato demócrata era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Biden rechazó cualquier irregularidad. “Nunca he recibido ni un centavo del extranjero en toda mi vida”, dijo. “Nada fue poco ético”.
Y, ya en la ofensiva, interrogó a Trump por la tenencia de una cuenta bancaria en China. Y atizó con la no publicación de sus declaraciones impositivas en Estados Unidos. Recordó la filtración de datos fiscales que muestran que pagó como máximo 750 dólares en impuestos federales a la renta durante los últimos años. El demócrata se abalanzó contra su adversario porque Trump rompió el acuerdo.
Trump respondió que tiene muchas cuentas bancarias y que todas están registradas. “Soy un hombre de negocios haciendo negocios”, afirmó. Señaló que la cuenta databa de 2013 y fue cerrada en 2015.
Un “invierno oscuro”
El tema de la pandemia tiene al Presidente con los puntos bajos. También el hecho de haber minimizado a la enfermedad para luego resultar ser víctima de ella. Eso ha pesado en las encuestas que tienen a Joe Biden como ganador. Trump rompió el acuerdo del temario y con la pandemia en contra pareció no haber sido una buena idea.
La crítica a Trump por su gestión de la pandemia de COVID-19 fue una estocada dada por Biden. El demócrata pronosticó un “invierno oscuro” para un país que llora más de 220.000 fallecidos y donde millones han perdido el trabajo.
“Cualquiera que sea responsable de tantas muertes no debería seguir siendo presidente de Estados Unidos”, afirmó.
“Lo estamos combatiendo muy enérgicamente”, replicó Trump, aseverando que la vacuna “está en camino” y será anunciada “en semanas”. Sin embargo no habló de los contratiempos que han tenido las empresas de biotecnología. Dar plazos podría terminar de hundir sus argumentos en falsas expectativas.
El estilo Trump es el de la persona desafiante. Llegó sin máscara al escenario en Nashville, Tennessee. Tres semanas estaba hospitalizado por el coronavirus. Aprovechó la oportunidad para venderse como una persona “inmune” al COVID.
“Dice que estamos aprendiendo a vivir con eso. La gente está aprendiendo a morir con eso”, le respondió Biden.
Niños enjaulados y olvidados
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) recientemente hizo un balance y en reclusión permanecen 545 niños inmigrantes. Fueron separados de sus padres como consecuencia de la política tolerancia cero implantada por Trump.
Tras años de estar “en el sistema”, sus padres no aparecen. Las ONG ni los servicios del gobierno dan con el paradero de ellos. El tema entró en el debate. Trump rompió el acuerdo de la agenda y fue fustigado por eso. Biden acusó a Trump de llevar a cabo una política “criminal” al separar a niños migrantes de sus padres. Una atrocidad que deriva de un delito menor como es cruzar ilegalmente la frontera.
El plan del ideado por el magnate que derivó en Presidente para contener la creciente llegada de indocumentados resultó un entuerto. Implicó la separación de cerca de 2.700 niños de sus padres. La mayoría familias de Centroamérica.
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Trump defendió la política de “tolerancia cero” a la inmigración irregular. Afirmó que los niños habían sido llevados a la frontera sur por “coyotes” y por “mala gente”. También dijo que fue Obama, y no él, el responsable de construir las jaulas donde se encerró a los menores.
“Seré presidente de Estados Unidos, no vicepresidente”, señaló Biden. Prometió que en sus primeros 100 días de gobierno enviará al Congreso una ley para facilitar la ciudadanía a más de 11 millones de indocumentados.
La lucha por el voto latino
Joe Biden fue directo. “Otorgaré el estatus de protección temporal (TPS) a los venezolanos”, prometió. Una promesa que junto a la ciudadanía para 11 millones de indocumentados en su mayoría latinos, es crucial. Esas dos promesas a la vista de los analista parecen haber sido suficientes para voltear dar vuelta a la estrategia cuando Trump rompió el acuerdo.
Existen 32 millones de latinos habilitados para votar. Trump replicó que “nadie ha hecho más por los hispanos”. Además, destacó su cercanía con la “comunidad venezolana” en Florida, un estado clave para ganar los comicios.
Biden dijo que Trump “está deportando a miles de cubanos y venezolanos” a “regímenes dictatoriales”.