En España el Día del Padre se celebra el 19 de marzo, el día de San José, al igual que en Portugal, Italia, Honduras, Guinea Ecuatorial, Liechtenstein, Macao, Andorra y Bolivia. En la mayoría de los países, incluido Estados Unidos, se celebra el tercer domingo de junio, aunque también hay otras fechas: en Rusia, por ejemplo, es el 23 de febrero, Día de los defensores de la Patria. Mientras, en Rumanía es el segundo domingo de mayo, y en Australia y Nueva Zelanda, el primer domingo de septiembre.
En Corea del Sur, el Día del Padre se celebra el 8 de marzo y lo común es regalar un clavel y, en Italia, nunca falta en la mesa de este día el postre «zeppole di San Giuseppe», un buñuelo relleno de crema pastelera y frutas en almíbar, que además se puede recubrir con azúcar glas.
Pero lo más importante no es la fecha sino recordarle a cada papá lo valioso que es.
Este año la celebración es muy distinta. Estamos en medio de la pandemia por el coronavirus, algunos países están en fases de reapertura, pero en otros sigue latente el contagio. Lo ideal es, este año, celebrar a papá desde casa.
Aunque en muchos países del mundo la celebración nace meramente de una tradición católica, en Estados Unidos es diferente, pues los orígenes del Día del Padre se remontan a 1910 en Spokane, Washington.
Fue gracias a una mujer, Sonora Smart Dodd, que había sido criada toda su vida por su padre, quien posteriormente se convirtió en un veterano. Luego de una misa del Día de las Madre se dio cuenta que no existía fecha para homenajear a la figura paterna, por esa razón al año siguiente decidió inaugurar la fecha.
El primer Día del Padre en junio se celebró en 1910. En 1924, el presidente Calvin Coolidge recomendó el día como fiesta nacional.
El presidente Lyndon Johnson hizo del Día del Padre un feriado que se celebraría el tercer domingo de junio en 1966, aunque el día no fue reconocido oficialmente hasta 1972, durante la presidencia de Richard Nixon.