Un boicot es promovido desde la tribuna del abogado de Filadelfia, Michael Coard, una personalidad influyente que está uniendo a todas las organizaciones afroestadounidenses para que toda la étnica de piel oscura de la nación se abstenga de comprar en negocios o empresas racistas de las cientos de miles que hay en el país.
Michael Coard es además un destacado comunicador social que ha hecho una reflexión que pretende sembrar la acción de que el camino más atinado para lograr equidad e igualdad es golpear donde a los caucásicos racistas más les duele: En el bolsillo.
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Es así que su llamado es a ejercer presión para que esas empresas contraten a personas de color, le den un trato digno como clientes, que prive la cortesía en las relaciones y que las personas afro con talentos y experiencia puedan ascender, convivir y beneficiarse del sistema de oportunidades que da una nación que defiende las libertades económicas.
No a las tiendas racistas
El abogado se dirigió a los afroestadounidenses, para preguntarles el por qué si las empresas racistas no te contratan, pero como cliente “sigues regresando para alimentar su racismo dándoles más dinero”.

“Y te preguntas por qué no te contratan. Tal vez porque saben que no tienen que hacerlo porque no has hecho nada al respecto, excepto seguir financiando tu propia opresión económica. Bueno, se acerca un nuevo día. De hecho, está aquí mismo. Así que súbete al autobús de la justicia económica negra o te tirarán debajo de él”.
Cómo hacer un boicot legal
Michael Coard sobre este punto dijo que “no hay que reinventar la rueda”. Construyamos una coalición que incluya los capítulos de Black Lives Matter, NAACP, Liga Urbana Nacional, United Negro College Fund, Consejo Nacional de Mujeres Negras, iglesias negras, la Nación del Islam, fraternidades negras, hermandades negras, Asociación Nacional de Periodistas Negros, Asociación Nacional de Abogados (Abogados Negros), Asociación Nacional de Médicos (Médicos Negros), Cámara Nacional de Comercio Negra, y otros grupos pro-negros – especialmente organizaciones locales de base dirigidas por jóvenes.
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Sin embargo, los boicots pueden acabar rápidamente con todo eso. En el histórico caso de derechos civiles de 1982, NAACP contra Claiborne Hardware, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó lo siguiente:
- Los boicots no violentos están protegidos por los derechos de la Primera Enmienda a hablar, reunirse, asociarse y peticionar.
- Incluso las declaraciones beligerantes habladas o escritas son legales siempre y cuando no “inciten a la violencia o autoricen específicamente el uso de la violencia”.
- Aunque los estados, incluida Pensilvania, tienen la autoridad legal para regular las actividades económicas, no tienen la autoridad legal para prohibir el activismo político pacífico, incluidos los boicots.

“Así que boicoteemos a los negocios americanos a los que les importa un bledo nuestra aptitud monetaria o incluso nuestras vidas, en otras palabras, a los que no creen realmente que las vidas negras importan. Si lo creyeran, usarían su influyente generosidad financiera para presionar a los funcionarios locales, estatales y federales para crear políticas y leyes que acerquen a esta nación a una sociedad racialmente equitativa en general y a los policías asesinos en particular”.