Miami-Dade enfrenta un momento crítico en la gestión de sus residuos sólidos, más de dos años después del incendio que destruyó la planta de conversión de basura en energía en la ciudad de Doral. El siniestro, ocurrido en febrero de 2023, dejó al condado sin una de sus infraestructuras clave y desató un intenso debate sobre dónde y cómo reemplazarla.
Desde entonces, el condado ha intentado definir el futuro del manejo de residuos, pero enfrenta un obstáculo recurrente, y es que ninguna comunidad quiere albergar el nuevo incinerador. Una de las primeras propuestas fue reconstruir la planta en el mismo terreno que ocupaba la anterior en Doral, lo que generó una oleada de rechazo tanto de residentes como de funcionarios locales.
Durante años, Doral fue sede de la instalación que procesaba una parte significativa de los desechos del condado. El incendio no solo dejó un vacío en términos de infraestructura, sino que también reavivó reclamos sobre los impactos negativos de vivir cerca de una planta de ese tipo, como malos olores, contaminación y afectaciones a la calidad de vida.
Votación unánime y nuevas restricciones
La presión ciudadana creció a medida que se barajaban otras ubicaciones posibles, lo que llevó a la Comisión de Miami-Dade a tomar cartas en el asunto. El pasado 16 de julio, en una votación clave, los comisionados aprobaron por unanimidad una moción que elimina formalmente a Doral como opción para el nuevo centro de conversión de residuos.
La propuesta fue impulsada por la comisionada Danielle Cohen Higgins e incluye nuevas restricciones. Entre ellas, se establece que no podrá construirse una instalación de este tipo a menos de 500 metros de zonas residenciales. Esto deja fuera otras áreas previamente consideradas, como Medley y Airport West.
A diferencia de decisiones anteriores emitidas por gobiernos municipales, esta resolución proviene del órgano legislativo del condado, lo que le otorga mayor peso institucional. Revertirla requeriría un nuevo proceso legislativo en la misma comisión, lo que reduce las posibilidades de que Doral vuelva a figurar como opción.
La alcaldesa de Doral, Christi Fraga, celebró la decisión como una victoria para su comunidad y agradeció la unidad vecinal que logró influir en el debate. Además, señaló que la ciudad seguirá vigilante, especialmente en las negociaciones pendientes con el condado sobre los costos asociados al cierre de la planta anterior.
La moción también obliga a la administración de Miami-Dade a presentar, en un plazo de 90 días, un informe detallado con nuevas posibles ubicaciones y tecnologías disponibles para el tratamiento de residuos. Además, establece metas ambientales claras, como desviar al menos el 40% de la basura del proceso de incineración y priorizar el compostaje y el reciclaje.
Por ahora, las dos ubicaciones que siguen en evaluación se encuentran al oeste de Okeechobee Road y pertenecen a propietarios privados. Cualquier terreno seleccionado deberá cumplir con normas ambientales y de salud pública más estrictas que las anteriores.
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El objetivo final del proyecto es construir un nuevo campus de residuos sólidos con tecnología moderna, capaz de reducir la cantidad de basura enviada a vertederos y de generar energía a partir de residuos no reciclables. Todo ello, bajo el marco de la estrategia de “Basura Cero” que el condado busca implementar en los próximos años.