El viaje redondo que la Campaña de Donald Trump deseaba de Pensilvania a Washington ya tiene boleto de ida. Desde que el aún Presidente envió a su abogado personal, Rudy Giuliani, a representar sus intereses en el segundo estado de la Unión, sabía que era un trámite. De hecho hasta la fecha no ha reconocido que perdió las elecciones y con sorna precisa: “que hay que esperar”.
En Filadelfia el círculo se ha cerrado. El viernes la Corte Federal de Apelaciones rechazó rotundamente su último esfuerzo por desafiar los resultados de las elecciones del estado. Ahora el camino está sin obstáculos con dirección a la Corte Suprema de Justicia. Desde luego esta instancia será sometida más a una prueba moral que jurídica. La afirmación se explica por si sola: Los republicanos no han consignado una sola prueba de valor criminalístico que dé forma a su demanda de fraude electoral.
Un viaje de Pensilvania a Washington
Frente a lo que ha sido una cadena consecutiva de derrotas legales, los abogados de Trump prometieron apelar a la Corte Suprema. Ya no les interesa la evaluación del juez quien subrayó que “los reclamos de la campaña no tienen ningún mérito”.
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El juez Stéphanos Bibas, quien escribió en nombre del panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones se pronunció. “Las elecciones libres y justas son la sangre vital de nuestra democracia. Las acusaciones de injusticia son graves. Pero llamar a una elección injusta no lo hace así. Los cargos requieren alegaciones específicas y luego pruebas. No tenemos ninguna de las dos cosas”.
El fallo del viernes llegó cuatro días después de que los funcionarios de Pensilvania certificaran su recuento de votos para el presidente electo Joe Biden, quien derrotó a Trump por más de 80.000 votos en el estado. A nivel nacional, Biden y su compañera de fórmula Kamala Harris obtuvieron casi 80 millones de votos. Es un récord para unas elecciones presidenciales de EE.UU.
Trump confía en su sexteto
Trump ha dicho que espera que la Corte Suprema intervenga en la carrera como lo hizo en el año 2000. En la oportunidad la decisión de detener el recuento en Florida dio la elección al republicano George W. Bush. El 5 de noviembre, mientras el recuento de votos continuaba, Trump publicó un tweet diciendo “¡La Corte Suprema de los EE.UU. debería decidir!”.

De los nueve magistrados de la Alta Corte seis son de tendencia republicana y tres fueron nombrados por Donald Trump. Esa estructura al parecer es la que ha mantenido la seguridad de que él tendrá un segundo mandato.
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No obstante muchos de los jueces de Pensilvania que vieron las alegaciones de la Campaña de Trump son republicanos y algunos nombrados por el neoyorquino. Sin embargo de ninguna manera han admitido que se presente un caso sin pruebas.
Trump quizás espera que una Corte Suprema que él ayudó a dirigir hacia una mayoría conservadora de 6-3 sea más abierta a sus demandas. Hay que esperar que se dé el viaje de Pensilvania a Washington.