Daniel Franco creció en Santo Domingo, República Dominicana. Se mudó a Filadelfia en 2017 para especializarse en neurocirugia en el hospital universitario Thomas Jefferson, donde fue uno de los residentes más jóvenes admitidos en Estados Unidos en su ramo. Hoy en día se desempeña como jefe de residentes en el Jefferson.
Como su colega Glenn González, Franco también es graduado de la Universidad Iberoamericana (Unibe) con mención Magna Cum Laude. Su tesis de doctorado en 2016 sobresalió por los aportes en determinar la incidencia y prevalencia de la enfermedad de Parkinson en el Gran Santo Domingo.
Ha sido un destacado profesional de la medicina, a pesar de su juventud. En Dominicana ayudó a crear en 2014 el grupo de interés de Neurología y Neurocirugía de la Universidad Iberoamericana, Neurox.
La idea surgió de la necesidad de agrupar y organizar a los estudiantes de medicina interesados en el sistema nervioso humano, permitiéndoles estandarizar la educación, obtener ayuda y acceso a oportunidades educativas en EE. UU. y Europa, y analizar las diferentes cualidades, ventajas y desventajas de introducirse a los sistemas médicos internacionales.
“Me da mucho gusto ver que luego de ocho años de su fundación, el grupo sigue con una gran cantidad de integrantes, de los cuales muchos han seguido su educación avanzada y especialización en las ramas neurológicas tanto en Estados Unidos como en Europa”, dijo para El Sol Latino un orgulloso Franco.
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Sus aportes a la robótica médica
Daniel Franco estuvo un año en la división de investigaciones biomecánicas de Globus Medical, una compañía de implantes ortopédicos principalmente enfocada en la columna.
Globus es una de las pioneras en cirugía de columna mínimamente invasiva con asistencia robótica. Su trabajo consistió en evaluar la eficiencia y eficacia del uso del brazo robótico en la sala de operaciones e intentar convertir esta información en reducción de costos para el paciente y el hospital.
“El dolor de espalda -y los problemas relacionados a este- es una de las principales causas de ausencia en el trabajo y discapacidad en Estados Unidos, lo que lo convierte en no solamente una dificultad médica, sino que también es un problema de salud pública que cuesta una cantidad impresionante de dinero al gobierno norteamericano cada año”, explicó Franco.
“Nuestro objetivo principal es encontrar soluciones para tratar problemas complejos de columna de la manera menos disruptiva posible, para llevar al paciente desde la sala de cirugías de vuelta a la vida activa en el menor tiempo de recuperación”, complementó.
Un deber
Una de las metas de Daniel Franco es especializarse en cirugía compleja y reconstructiva de columna, así como en cirugía mínimamente invasiva en el Barrow Neurological Institute en Phoenix, Arizona, el programa número 1 de Estados Unidos.
Sin embargo, no descarta volver a República Dominicana. En un futuro se visualiza ejerciendo en Estados Unidos -en la academia y en la práctica de la medicina- y en su país natal, donde aspira a brindar todos los conocimientos adquiridos a pacientes que no tienen oportunidad de ir a EE. UU. a tratarse.
“Vivir en Estados Unidos claramente tiene sus ventajas, pero Dominicana siempre será mi casa”, dijo “Me gustaría expandir mi practica y servir a pacientes del área metropolitana de Santo Domingo. Brindar tantos conocimientos que he adquirido a través de Jefferson a mi comunidad es como un deber para mí“.
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