Una de las posesiones morales que deben preservarse en los días finales de nuestro paso por este mundo es la “dignidad”. A este valor fundamental tienen derecho los pacientes con enfermedades terminales a quienes se les debe respetar el albedrío a la hora de decidir el lugar donde desean perecer.
Un porcentaje muy alto de las personas con enfermedades catastróficas que no involucran la pérdida de habilidades cognitivas, solicitan hacer de su casa la última estación en el viaje de vida que hace años emprendieron.
Esta petición con rasgos de última voluntad, no es más que la necesidad de amor que requieren los seres humanos cuando presienten los días finales y también la incapacidad de los familiares de dejar a sus parientes exhalar su último aliento en la soledad de una sala de cuidados médicos.
Sin embargo la decisión de la partida, el momento del encuentro con lo desconocido, no es previsible ni por el enfermo, ni por los cuidadores, por lo que se hace necesario que los parientes se transformen en un equipo de tareas que puedan lograr que el tránsito a los parajes funerarios sean honroso, decorosos y llevaderos para todos.
En los casos de los enfermos en condiciones terminales, la familia debe planificar muy bien cómo abordar la situación. Existe la necesidad de instruirse en un tiempo muy breve y aprender al paso para poder dar respuestas inmediatas a cada escenario que se presente.
En un plano pragmático debe estar presente el familiar que se ocupe de conformar a los responsables que puedan comprometerse con el apoyo emocional. Sin duda en esta área son fundamentales no solo los más allegados al enfermo, sino también sus amigos.
En el caso de requerirse de habilidades en torno a tratamientos, los que tengan experiencia en terapias son imprescindibles. Estos deberán tener también un compromiso amoroso que no esté vinculado a la obligación.
En el plano de las diligencias siempre hay quien destaca sobre otros y se requiere de esas personas capaces de solventar situaciones relacionadas con cuestiones financieras y del seguro médico; a la vez de servir de comunicador entre el paciente y el equipo de atención médica.
Desde luego que el desgaste emocional y físico puede tocar a la familia, quien podría evaluar la posibilidad de contratar los servicios de “cuidados paliativos y de hospicios”, que se ofrecen de manera privada y que muchos son amparados dentro de las pólizas de seguros.
Un buen ejemplo es verificable con los servicios de All American Home Care, que se centran en aprovechar al máximo el tiempo restante de cada paciente para que puedan vivir cada día de la manera más completa posible.
El hospicio brinda atención tanto física como emocional, promueve la comodidad y ofrece apoyo individualizado a los pacientes y sus familias. También implica ayudar con decisiones importantes sobre la gestión de la atención al final de la vida.
Los cuidados paliativos son cuidados médicos especializados que se enfocan en el alivio de enfermedades graves y terminales. Este tipo de atención es provista por enfermeras y médicos con capacitación médica. Los cuidados paliativos comúnmente tratan enfermedades como el cáncer, el Alzheimer, el Parkinson y la ELA, entre otros.
Solicitar ayuda podría ser la mejor decisión para darle calidad de vida a nuestro pariente en los últimos días de su vida. Conocer los servicios que presta es tan sencillo como visitar su página web All American Home Care. También puedes acudir a su oficina en 3231 N 2nd Street, Filadelfia, PA 19140 o llamar al teléfono 215-531-7882.