La industria automotriz enfrenta desafíos sorprendentes. Esta vez no se trata de motores, diseño ni marca, sino de la propuesta de Científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte de agregarle una cuarta luz a los semáforos, exclusivamente utilizada con los autos autónomos o conectados.
Según los científicos, esto permitiría ordenar el tránsito y generar menos emisiones contaminantes en la larga etapa de transición que enfrenta la movilidad mezclando ambos tipos de vehículos.
El profesor Ali Hajbabaie, coautor del estudio, detalló que otorgar parte del control del flujo de tráfico a los autos conectados o autónomos es una idea relativamente nueva, llamada paradigma de control móvil
“El color de la luz no importa. Lo importante es que haya una señal que sea claramente identificable por los conductores para que sepan lo que se supone que deben hacer cuando se acercan a la intersección”.
El estudio concluyó luego de varias simulaciones en computadoras, lo que les permitió asegurar que la incorporación de una cuarta luz en los semáforos podría ser una gran contribución para que vehículos autónomos y los conducidos por humanos, puedan encontrar un punto de funcionamiento que mejore la fluidez del tránsito, y, por lo tanto, como consecuencia directa, genere menores emisiones contaminantes.
La luz sería de color blanco porque representa una fase o zona virtual, en la que, aprovechando los beneficios de la conexión de los vehículos autónomos entre sí y con la red de señalización pública, estos puedan dirigir el flujo del tránsito para todos los automóviles.
El funcionamiento parece complejo de entender, pero en realidad no lo es tanto. Cuando varios vehículos de conducción autónoma se acercan simultáneamente a una intersección, esto activaría la luz blanca, que lo que hará es alertar a todos para que el flujo de tránsito sea más eficiente en ese lugar en particular.
La siguiente acción que determinará la presencia de la luz blanca está dirigida a los automovilistas humanos, quienes, alertados de estar precedidos por un vehículo autónomo, sólo deberán seguir lo que haga éste.
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Si el auto se detiene será porque está dando paso a los que transitan por la calle que cruza, entonces deberá hacer lo mismo. En pocas palabras, la luz blanca coordina el paso de uno u otro automóvil según el caudal de cada calle.
Este estudio mostró una proyección a futuro, de la que dependen muchos factores, entre ellos, el desarrollo más avanzado de la conducción autónoma.
Actualmente, los taxis autónomos sólo funcionan en determinados escenarios de algunas ciudades, tanto en Estados Unidos como en China, mientras que el resto del mundo se encuentra en habilitaciones parciales de conducción autónoma de Nivel 3, en la que el hombre todavía tiene el control del auto y sólo pueden delegarlo intermitentemente en determinadas situaciones, velocidades y ubicaciones.
Este estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, abre un nuevo punto a considerar, que es utilizar la conectividad para coordinar el flujo del tránsito en determinados puntos complejos de las ciudades, aun cuando sea el ser humano el que esté al mando de un auto y no una computadora.