Son invisibles ante todo el mundo, pero te acompañan día y noche, donde quiera que estés. Son muy pesadas por naturaleza y con el tiempo unas engordan y otras, por suerte, bajan de peso. Se multiplican con el paso del tiempo y se alimentan de los pensamientos, horas de sueño y tranquilidad que te roban constantemente.
Me refiero a las pesadas cargas que tocan llevar por el recorrido de la vida. A unos les tocan más y a otros menos, pero ningún ser humano se salva de sentir toneladas de preocupación, ansiedad o desesperanza en algún momento de su vida. Sin embargo, sí se puede controlar el nivel y tiempo del peso emocional. Después de todo no es la carga lo que te agobia tanto, sino cómo la lleves.
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¿Cuántas cargas llevas encima? Quizás sea la enfermedad de un familiar, tu situación económica, algún problema de pareja, o incertidumbre por el futuro. Sean cuales sean tus cargas, el primer paso para disminuir su peso es entender que no puedes llevar tantas situaciones a la vez. De la misma manera que sólo puedes empacar cierto peso en tu maleta cuando viajas, debes escoger el peso límite que puede aguantar tu cuerpo, mente y espíritu.
Las cargas que no necesitas llevar:
Opiniones de otros: Si hay algo que mantienen a muchos encadenados a una carga de por vida, es el famoso y destructivo “qué dirán”, lo cual es una angustia silenciosa a ser juzgados constantemente. Muchos dejan de ser ellos o se meten en deudas por demostrar que poseen algo. Comprende que no puedes ser aquello que no eres y que vivir apariencias aumentará más el peso de la frustración contigo mismo.
Pensamientos negativos: Estar abrumado con cargas pesadas es la señal más clara de que la negatividad supera al positivismo en la mente. Una persona negativa se acostumbra tanto a pasarla mal que “espera con ansias” qué tormento nuevo llegará. Cambia tus pensamientos de mala suerte por buena y comprobarás la realidad de que la mente tiene el magnetismo de atraer lo que piensas, sea bueno o malo.
Pasado: Antes de agarrar una nueva carga, suelta una vieja, pues no hay espacio para coleccionar cargas. Acumular malos recuerdos, culpas y arrepentimientos del pasado te mantendrán con sobrepeso en tu espalda, viviendo encorvado y mirando hacia el piso, perdiéndote lo bueno y nuevo que pasa por tu lado.
Por: María Marín
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