James Cleverly, jefe de la diplomacia británica, pidió a los hinchas de fútbol LGBT que respeten la ley catarí durante el Mundial 2022 que se realizará entre noviembre y diciembre, solicitud que generó críticas de asociaciones y de la oposición.
“Una de las cosas que quiero decir a los aficionados al fútbol es que, por favor, sean respetuosos con el país anfitrión”, manifestó el ministro a través de la radio LBC.
La homosexualidad es ilegal en Qatar, el país musulmán conservador que acoge el Mundial de Fútbol entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre próximos.
“Creo que con un poco de flexibilidad y compromiso entre ambas partes, se puede tener un Mundial apasionante”, acotó Cleverly, confiando en que la gente pueda “ser ella misma y disfrutar del fútbol”.
Sus palabras recibieron críticas desde asociaciones de defensa de los derechos de las personas LGBT. El grupo Three Lions Pride calificó las declaraciones de “intervención extremadamente inútil”.
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Desde que la FIFA concedió la sede del Mundial 2022 a Qatar, en 2010, el pequeño emirato ha recibido críticas por su trato a las personas LGBT, las mujeres y los trabajadores migrantes, así como por asuntos medioambientales.
Protesta en Doha
A finales de octubre en Doha, el veterano activista LGBT británico Peter Tatchell, denunció que fue brevemente detenido por la policía tras manifestarse por la situación de la comunidad gay en el país anfitrión del Mundial.
Tatchell, que también fue detenido en una protesta similar durante el Mundial 2018 en Rusia, dijo en un comunicado que durante 35 minutos estuvo parado ante el Museo Nacional de Doha con una pancarta que decía “Qatar detiene, encarcela y somete a las personas LGBT a terapias de conversión. #QatarAntiGay” antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad.
Según el veterano activista de 70 años, la policía lo retuvo durante 49 minutos en una acera junto a la persona que lo filmaba y antes de dejarlo marchar borraron las fotos y vídeos.
Las autoridades cataríes desmintieron dicha versión y criticaron la cobertura mediática occidental, a días del inicio de la competición.
Un día antes de la protesta de Tatchell, la ONG Human Rights Watch publicó un informe acusando a Qatar de haber detenido arbitrariamente y maltratado a miembros de la comunidad LGBT entre 2019 y 2022, algo que el emirato desmintió categóricamente.
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Tras el informe de HRW, el emir de Qatar denunció, en una muestra pública de enfado poco habitual, una “campaña sin precedentes” de críticas contra el país desde su designación como organizador de la Copa de Fútbol.
Tamim bin Hamad al Thani dijo que Qatar era víctima de “fabricaciones y dobles raseros” e insinuó que había motivos ocultos detrás de estas críticas.
Aunque los organizadores del Mundial prometieron acoger a “todos” los visitantes sin discriminación, los capitanes de varias selecciones europeas, entre ellas Inglaterra, Francia y Alemania, lucirán brazaletes con los colores arco iris y con el mensaje “One Love”, en el marco de una campaña antidiscriminación.