La Corte Suprema de Estados Unidos suspendió temporalmente la entrada en vigencia de una severa ley aprobada en Texas que permite detener e incluso expulsar a migrantes que hayan cruzado ilegalmente la frontera desde México.
El máximo tribunal publicó en su página web que la suspensión estará vigente hasta el 13 de marzo; luego debe pronunciarse sobre una demanda del gobierno de Joe Biden que acusa a Texas de excederse en sus atribuciones al ejercer control sobre las fronteras que son de jurisdicción federal.
La decisión de la Corte Suprema ocurre tras otra ya emitida por el juez de distrito David Ezra quien recordó que las leyes migratorias son tarea federal y no de un estado.
Texas National Guard soldiers and DPS troopers continue to apprehend and arrest illegal immigrants crossing into our state.
Texas will hold the line until President Biden does his job to secure the border. pic.twitter.com/Ub6SE70vEi
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) March 4, 2024
Sin embargo, el gobierno de Texas acudió a una corte de apelaciones para desactivar esa resolución y recibió el visto bueno para que la ley pudiera aplicarse desde el 5 de marzo como estaba previsto.
El Departamento de Justicia pidió la intervención de la Corte Suprema y fue el juez supremo Samuel Alito quien paralizó el pasado 4 de marzo la entrada en vigencia de la ley SB-4, considerada por activistas como una de las más severas contra la migración aprobada en la historia reciente de Estados Unidos.
En diciembre de 2023 el gobernador de Texas Greg Abbott, promulgó esta ley aprobada por el Parlamento de este estado fundamentándose en el derecho que tiene Texas de defenderse ante una “invasión”, cuando los cruces de migrantes, principalmente de América Latina alcanzan cifras récord.
La norma permite a la policía y fuerzas de seguridad pública de Texas arrestar a personas en el estado que no puedan comprobar que cruzaron la frontera de forma legal.
Los detenidos pueden ser llevados ante la justicia estatal, donde bien podrían aplicarles penas de hasta 20 años de cárcel o ser expulsados a México, sin considerar si este país puede aceptarlos. El gobierno mexicano ha rechazado esta norma.
“La inmigración no constituye una invasión, ni Texas está participando en una guerra”, dijo en su momento el juez Ezra.
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Abbott militarizó un parque en la ciudad de Eagle Pass con acceso al río Grande, frontera natural entre Texas y México, ha colocado cercas de alambre de púas en un tramo de la ribera e inició la construcción de una base militar.
En la actualidad miles de migrantes que atraviesan hacia Estados Unidos se entregan a la policía de fronteras y piden asilo. Muchos de ellos logran esperar una respuesta en libertad en territorio estadounidense.