Un nuevo torbellino legal agitará sus aspas en Filadelfia, donde la Corte suprema escuchará una disputa debido a que la agencia católica de la ciudad se niega a colocar niños adoptivos con parejas del mismo sexo, ya sea en hogares de acogida o permanentes.
Los magistrados no la tendrán fácil a la hora de lidiar con leyes y jurisprudencia que a lo largo de los años han dado legítimo terreno a la comunidad LGBT y de acuerdo a activistas, el fallo que resulte de esta audiencia “podría tener profundas consecuencias para los más de 400.000 niños en hogares de acogida en todo el país”.
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Por lo menos así lo percibe Leslie Cooper, subdirectora del Proyecto LGBT y VIH de ACLU. “Ya tenemos una grave escasez de familias de acogida dispuestas y capaces de abrir sus corazones y hogares a estos niños. Permitir que las agencias de acogida excluyan a las familias calificadas basándose en requisitos religiosos que no tienen nada que ver con la capacidad de cuidar a un niño como su orientación sexual o su fe lo haría aún peor. No podemos permitirnos que familias cariñosas sean rechazadas o disuadidas por el riesgo de discriminación”.
“La ciudad cree que el fallo del Tercer Circuito afirmando la capacidad de la ciudad para mantener las políticas de no discriminación fue correcto y ahora se preparará para demostrarlo a la Corte Suprema de los Estados Unidos”, dijo la ciudad de Filadelfia en una declaración el lunes.