Lo dejas en su cuna o cama y a los 10 minutos empieza a gritar y a llamar porque quiere agua o un muñeco. Se queda tranquilo y a los 5 minutos empieza otra vez a gritar pidiendo algo más… Decides meterlo en la cama para dormir y es entonces cuando se duerme por puro agotamiento. ¿Te resulta familiar? Está claro que tu hijo está evitando la hora de dormir.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a conciliar el sueño de una manera más tranquila?
1.- A dormir temprano y con sueño
Aunque resulta evidente que tiene que llegar con sueño a la hora de dormir, hay que estar atentos a las señales de sueño para saber cuál es el momento idóneo para que el niño se quede dormido.
En muchas ocasiones, se pueden interpretar determinadas actitudes de manera errónea. Por ejemplo, si está agitado, nervioso y con cambios de humor repentinos, es muy probable que tenga sueño, aunque aparentemente parezca lo contrario.
Por esta razón, siempre es recomendable acostar a los niños temprano. Aunque en temporada de vacaciones puede ser algo complicado cumplir con las rutinas, hay que intentar en la medida de lo posible no tardar demasiado en poner a dormir a los niños.
2.- La regularidad y la constancia
Todo ser humano tiene unas ventanas de sueño, que son el momento óptimo para conciliar el sueño. Los adultos son capaces de gestionarlas, pero cuando un niño pasa la hora a la que se duerme habitualmente, le resulta más difícil conciliar el sueño y, por norma general, ese cansancio le provocará hiperactividad y mal humor.
Para establecer una hora razonable a la que el niño se duerma sin problemas es importante que los padres respeten esa hora. Si cada día se acuesta a una diferente, estará confundido y su cuerpo no será capaz de prepararse para dormir.
3.- Evita actividades que le activan
Una hora antes de irse a dormir, baja el ritmo de las actividades y elimina algunas. De este modo, evitarás que cuando llegue la hora de meterse en la cuna o cama quiera seguir con una actividad en concreto, retrasando la hora de dormir. Por ejemplo, no es recomendable el uso de dispositivos como tablets o móviles, ver la televisión o jugar a un juego con el que se ponga nervioso. Hay otras maneras de pasar el rato con tu niño sin necesidad de que se altere, como por ejemplo leerle un cuento en su cama/habitación puede ser un incentivo para que se prepare para dormir. Así, relacionará ese momento con la hora de dormir y su cuerpo se irá preparando para conciliar el sueño. Además, si dejas solo una luz tenue en la habitación, se dormirá más rápido.
Fuente:www.serpadres.es