Los comerciantes de Filadelfia se encuentran frustrados. La exasperación por las restricciones derivadas del aumento en contagios por COVID-19 está a flor de piel. Han sido amables con la prensa al expresar lo que siente, pero hay expresiones de frustración que no pueden detener.
Nuevamente la industria de la hospitalidad quedó en un callejón sin salidas. Otras actividades tienen alternativas. Sin duda las medidas de hoy son menos severas que las de primavera, pero el punto está en que los planes de temporada se vinieron estrepitosamente al suelo.
Laura Benshoff, Miles Bryan y Jarred Cruz de WYHH, abordaron una crónica para desvelar los sentimientos de los comerciantes. Las nuevas restricciones perturban al sector quienes iban a balancear sus pérdidas a fin de año. Thaksgiving, Black Friday, Cybermonday y la Fiestas de Pascual no serán igual para ellos.
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“It sucks”, “Everybody is all pissed off”, “This is killing everybody”, son intraducibles expresiones estadounidenses que muestran disgusto. Ellas están alrededor del trabajo editorial de WYHH. Ellos eligieron un título que describe muy bien lo que sienten los comerciantes. “Adaptarse o morir”: Las pequeñas empresas se preparan para las nuevas restricciones de COVID-19 de Filadelfia.
Exasperación por las restricciones
Los propietarios de gimnasios han quedado nuevamente atrapados. Sus locales permanecerán cerrados. Recurrieron al endeudamiento para reabrir cuando se llegó a la fase verde. Hoy sienten que están en el borde de la quiebra.
Mike DiMauro, gerente de Body World Fitness, es uno de ellos. Él tiene tiene dos palabras para las nuevas restricciones: “It sucks”. Las alternativas de realizar actividades de entrenamiento al aire libre son ridículas con el invierno en ciernes. Desde el viernes 20 hasta el 1 de enero estarán cerrados. Ese es el bloque de restricción anunciado por la ciudad. La exasperación por las restricciones raya en el enojo.
Según las nuevas reglas los gimnasios, bibliotecas y teatros deben cerrar. Los espacios comerciales tendrán un límite de cinco personas por cada 1.000 pies cuadrados. Las reuniones al aire libre como las bodas no deben exceder el 10% de la ocupación. Además no se permitirá aficionados en los juegos deportivos.
El alcalde Jim Kenney y el comisionado de salud Thomas Farley anunciaron una nueva ronda de limitaciones a los negocios el lunes. Una aumento de 700% en los contagios en los últimos meses es la razón. Se cree que el no acatar el uso de mascarillas y las reglas del distanciamiento social crearon el nuevo pico.
La visión de los restaurantes
No todos en el negocio de la restauración ven posibilidades de que sus inversiones se repongan. La mayoría emprendió modificaciones para cumplir con las reglas de distribución espacial. Ahora nuevamente tienen como salida la comida para llevar y el servicio al aire libre. Para muchos la exasperación por las restricciones los ha llevado a decir que van a cerrar.
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Sin embargo no todos los dueños de restaurantes condenaron las nuevas restricciones. El trabajo de WYHH destacó a Doug Hager, dueño de Brauhaus Schmitz. Él dijo que sus clientes han tardado en volver a los restaurantes de interior.
“A medida que aumenten los casos, eso sólo empeorará”, dijo. “Es lo correcto”. Hager expresó que sin ayuda estatal o federal adicional para las pequeñas empresas, no estaba seguro de cómo sobreviviría al invierno. Expuso que espera tener que despedir a algunos empleados pronto.
“Es muy difícil ahora mismo”, dijo. “Adaptarse o morir, supongo.”