Washington ha decidido cambiar la “caja de relaciones” con la que acelera su decisión de mover la dinámica comercial con China, una delicada situación que al parecer colocó en “espera” un incremento de aranceles que estaba previsto para el 1° de marzo.
De acuerdo a la Casa Blanca los “sustanciales avances” alcanzados durante la ronda de negociación comercial celebrada en Washington habrían creado la atmósfera de reconsideración que habría sido anunciada por el propio presidente Donald Trump.
El mandatario estadounidense aseguró que se reunirá “en un futuro no distante” con su homólogo chino, Xi Jinping, para afinar los detalles del acuerdo, un encuentro que apuntó podría producirse en el próximo mes de marzo.

“En última instancia, creo que las grandes decisiones e incluso algunas de las pequeñas serán tomadas por el presidente Xi y yo mismo”, remarcó Trump.
“Como resultado de estas conversaciones productivas, estaré retrasando la subida de los aranceles ahora previstos para el 1 de marzo”, anunció Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter, en una señal del acercamiento de las posiciones entre Pekín y Washington para rebajar la guerra comercial entre ambos países.
El plazo marcado por el propio mandatario suponía aumentar los aranceles impuestos a productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares del 10 % al 25 %.
“Estoy encantado de informar que EE.UU. ha logrado sustanciales avances en nuestras conversaciones comerciales con China en importantes temas estructurales incluida la protección de la propiedad intelectual, transferencia de tecnología, agricultura, servicios y divisas, entre otros asuntos”, explicó.
Asimismo, Trump indicó que “si ambas partes logran progresos adicionales” se “planeará” una cumbre con el presidente chino Xi Jinping para “concluir el acuerdo. Un muy buen fin de semana para EEUU y China”, concluyó.
La ronda de conversaciones entre la delegación estadounidense encabezada por el Representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y la china, liderada por el viceprimer ministro, Liu He, y que en principio iban a concluir el viernes, se extendieron dos días ante el optimismo mostrado por ambas partes.
La guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales, desatada por el agresivo proteccionismo del presidente estadounidense, ha generado inquietud y volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial (BM) han rebajado sus previsiones de crecimiento económico global como consecuencia de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín.
Un tema colateral que de acuerdo a analistas incide en la aparente “guerra comercial”, tiene que ver con el asunto de Huawei.
Desde el ámbito privado y con denuedo de parte de ambos Estados, el asunto de Huawei no afectó las negociaciones actuales entre las dos súper potencias.
La empresa de comunicaciones china dijo que “las críticas sobre su falta de seguridad “se basan en especulaciones sin pruebas” y no es su objetivo “ser un tema de discusión en las negociaciones” entre EE.UU. y China.
“No queremos ser parte de ese escenario político que además está fuera de nuestro control”, dijo el consejero delegado de Huawei España, Tony Jin Yong, que asegura que su compañía está “decepcionada y sorprendida” por las acusaciones contra ella en EE.UU., entre otros cargos por fraude bancario y espionaje industrial.