En el Centro Deportivo de la Bahía de Shenzhen, ubicado a solo 30 kilómetros de Hong Kong, contingentes de los soldados paramilitares marchaban y realizaban ejercicios antidisturbios este viernes. China concentra fuerzas en la ciudad de Shenzhen, fronteriza con la ex colonia británica, en medio de la escalada de la crisis por las masivas manifestaciones pro-democracia.
En los alrededores, al lado de campos infantiles de fútbol, se encuentran aparcados cientos de vehículos militares, entre los que se cuentan tanquetas blindadas. Todo eso forma parte de un convoy de la Policía Armada Popular China (PAP) que es el organismo dedicado a sofocar protestas y combatir el terrorismo.
China denunció el miércoles agresiones “de tipo terrorista” contra sus habitantes en los enfrentamientos en Hong Kong, por lo que Beijing ha dejado ver en estos últimos días el fantasma de una intervención para restablecer el orden en Hong Kong, refiere en una reseña el diario ABC.
Varios miles de soldados llegaron a Shenzhen cuando se cumplen dos meses de las manifestaciones a favor de la democracia y contra la creciente injerencia de Beijing en los asuntos de la que hasta 1997 fue una colonia británica.
Disturbing video taken in #Shenzhen just across the boarder with #HongKong. Something extraordinarily bad is about happen. #China #HongKongProtests #Democracy #SaveHongKong pic.twitter.com/Gad5R5HVZL
— Alexandre Krauss (@AlexandreKrausz) August 12, 2019
El estadio de Shenzhen donde se “ejercitan” los miembros de la PAP se encuentra al otro lado de la frontera acuática que limita con el interior rural de Hong Kong.
Según la prensa oficial, los uniformados participarán en unas maniobras antidisturbios como las que la semana pasada congregaron a 12 mil militares. También se especula ensayan para los actos previstos para el 1 de octubre con motivo del 70 aniversario de la fundación de la República Popular China, que se conmemorará con una gran parada militar en Pekín. Pero su presencia junto a la frontera con Hong Kong supone un claro aviso a los manifestantes para que paren sus protestas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su preocupación en relación a la posibilidad de que la PAP pueda ser desplegada a través de la frontera en Hong Kong para disolver las protestas que asolan la ciudad. Por ahora, Beijing no ha hecho más que amenazas, pero ya las alarmas se encendieron ya.
El movimiento pro-democracia hongkonés convocó nuevas protestas para este fin de semana tras los enfrentamientos del martes pasado en el aeropuerto y bajo el espectro de una eventual intervención militar china. Esta es la peor crisis que vive Hong Kong en los últimos 20 años, con manifestaciones casi diarias.
Dicho movimiento se convirtió en un desafío para el control de Beijing sobre Hong Kong. Las autoridades chinas endurecieron en los últimos días su posición asimilando las protestas con el “terrorismo” y asegurando que no se quedarán “de brazos cruzados”.
Las manifestaciones que sacaron a las calles a millones de personas, comenzaron en oposición a un proyecto de ley que habría permitido las extradiciones a China continental. Pero después se transformaron en una protesta más amplia en defensa de las libertades democráticas y contra la influencia de Beijing en el territorio.
Los manifestantes organizaron para el domingo una gran concentración presentada como “racional y no violenta”, con el objetivo de mostrar que el movimiento sigue teniendo un gran respaldo popular pese a los enfrentamientos en el aeropuerto internacional de Hong Kong.