El Gobierno de Estados Unidos anunció que las familias que se encuentren en proceso de deportación expedita que aleguen “miedo creíble” de volver a su país podrán solicitar asilo u otro amparo migratorio ante un juez.
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, indicó que las personas en proceso de deportación, o que estén siendo procesadas, “tendrán la oportunidad de presentar sus casos ante un juez de inmigración”.
La funcionaria hizo el pronunciamiento en el marco de la conferencia de prensa diaria celebrada el 27 de julio, después de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informara en un comunicado que reanudará las deportaciones expeditas de “ciertos grupos familiares” que cruzan la frontera de forma irregular.
De acuerdo con Psaki, el procesamiento de los migrantes para su expulsión apresurada “es un medio legal y tradicionalmente empleado” para asegurar la frontera.
De igual manera la portavoz defendió que este es un paso hacia el objetivo más amplio de la Administración del presidente Joe Biden de tener un sistema de inmigración seguro y ordenado.
Psaki recalcó que intentar cruzar hacia territorio estadounidense “esquivando la inspección de los puertos de entrada, es peligroso y acarrea consecuencias a largo plazo para la inmigración”.
“Los individuos que están solicitando asilo, que lo merezcan, serán tratados como corresponde“, acotó.
El pasado 27 de julio las autoridades difundieron un plan que describe los “próximos pasos” que asumirán las agencias federales en materia de migración que incluye entre sus tareas “mejorar el proceso de remoción expedita para quienes lleguen a la frontera”.
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De acuerdo con ese documento la finalidad es “determinar de manera justa y eficiente qué personas tienen solicitudes legítimas de asilo y otras formas de protección”.
“El asilo y otras vías de migración legal deben seguir estando disponibles para quienes busquen protección. Aquellos que no busquen protección o no califiquen serán expulsados de inmediato a sus países de origen“, dice la nota.
El ex presidente Donald Trump (2017-2021) implementó en marzo del año 2020 el Título 42, una norma establecida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que permite las expulsiones expeditas de indocumentados como parte de la estrategia para evitar la propagación de la pandemia de COVID-19.
Joe Biden mantuvo en vigor la disposición, sin embargo decidió aceptar el ingreso de los menores que cruzaran la frontera sin la compañía de un adulto. En lo que va del año fiscal 2021, que comenzó en octubre de 2020, más de 750.000 inmigrantes han sido expulsados bajo el Título 42.