Un coro de “grillos cola corta de la India” son perfectamente perceptibles en el audio que el 12 de octubre de 2017 reveló al público The Associated Press, como una grabación que presenta el “tono sónico” que corresponde a la onda que afectó a la salud de algunos empleados consulares de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana.
Esta conclusión es parte de un trabajo divulgado el pasado 5 de enero de 2019 por The New York Time, escrito por el periodista Carl Zimmer, que alude las conclusiones de los entomólogos Alexander Stubbs de la Universidad de California en Berkeley y Fernando Montealegre-Z de la Universidad de Lincoln en Inglaterra quienes estudiaron la grabación de los sonidos hechos por diplomáticos y publicados por The Associated Press.
Con el mismo extremo cuidado como se puntualizó en el material original impreso en la página A 6 del periódico neoyorquino, el haber determinado qué provoca el ruido en la grabación, no niega que los diplomáticos no fueran atacados.
En este punto es menester reiterar que los oficiales diplomáticos pueden haber sido atacados con un arma desconocida en La Habana, pero la grabación de un “ataque sonoro” suministrada para que AP la divulgara, “en realidad es el canto de un grillo muy fuerte”, concluye un nuevo análisis.
Historia de la grabación
De a cuerdo a una historia de AP fechada en octubre 12 de 2017, la agencia informativa obtuvo una grabación del sonido percibido por algunos de los empleados de la embajada estadounidense en La Habana, parte de un conjunto de fenómenos inexplicados que a la larga fueron considerados ataques deliberados.
“La grabación, difundida el jueves por la AP, es la primera en ser publicada de las muchas muestras de sonido tomadas en Cuba y que hicieron que los investigadores sospecharan inicialmente de un arma sónica”, escribieron en la oportunidad los redactores Josh Lederman y Michael Weissenstein.
En el trabajo de AP se deja claro que “las grabaciones fueron enviadas para su análisis a la Marina estadounidense, que cuenta con equipos sofisticados para analizar señales acústicas, así como a las agencias de inteligencia, según informaciones dadas a la AP. Sin embargo, hasta ahora las grabaciones no han arrojado luz sobre qué es lo que está dañando a los diplomáticos”.
Más allá de estos datos, en noviembre de 2016 los diplomáticos estadounidenses en Cuba se quejaron de sonidos persistentes y agudos seguidos de una serie de síntomas, que incluyen dolores de cabeza, náuseas y pérdida de audición.
Los exámenes de casi dos docenas de ellos revelaron signos de conmoción cerebral u otras lesiones cerebrales.
Las especulaciones sobre la causa crearon la hipótesis de armas que emiten un sonido explosivo o microondas. En medio de un alboroto internacional, una grabación del siniestro “droning” circuló ampliamente en los medios de comunicación.
Un telefonema al señor Stubbs
The New York Times abordó vía telefónica a Alexander Stubbs, adscrito al laboratorio de Biología Integrativa y al Museo de Zoología de Vertebrados de la Universidad de California Berkeley.
El científico comentó que “hay mucho debate en la comunidad médica sobre qué daño físico hay, si es que hay alguno, para estas personas”. “Todo lo que puedo decir de manera bastante definitiva es que la grabación lanzada por AP es de un cricket (grillo), y creemos que sabemos de qué especie es”.
De acuerdo a la nota redactada por Carl Zimmer, Stubbs presentó los resultados del análisis en la reunión anual de la Sociedad de Biología Integrativa y Comparativa.
Él y el doctor Montealegre-Z también publicaron una primera versión de su estudio en línea. Planean enviar el artículo a una revista científica en los próximos días.
Para buscar una coincidencia, los investigadores analizaron las grabaciones de campo de insectos norteamericanos almacenados en una base de datos en línea en la Universidad de Florida. Encontraron un sorprendente parecido con una especie en particular: el grillo de cola corta de las Indias.
No obstante algo no encajaba. La canción del grillo difiere de la grabación cubana en un aspecto importante. Los ruidos escuchados por los diplomáticos eran erráticos, mientras que los insectos emiten pulsos agudos y rápidos.
Es así que Stubbs sospechó que esta falta de coincidencia podría obedecer al artefacto de la grabación en sí. Los diplomáticos hicieron sus grabaciones dentro de las casas, mientras que los biólogos grabaron los grillos en la naturaleza.
Con esta información e doctor Stubbs reprodujo la grabación de cricket en una casa. Cuando las llamadas rebotaron en las paredes, se hicieron eco en un patrón similar a los pulsos irregulares escuchados en la grabación cubana.
La canción del grillo de cola corta de las Indias “coincide, en detalle matizado, con la grabación AP en duración, frecuencia de repetición de pulso, espectro de potencia, estabilidad de frecuencia de pulso y oscilaciones por pulso”, escribieron los científicos en su análisis.
Los expertos en canciones de grillos dijeron que el análisis estaba bien hecho.
“Todo parece tener sentido”, dijo Gerald Pollack, de la Universidad McGill quien fue consultado para contratar la versión, y quien estudia la comunicación acústica entre los insectos. “Es una hipótesis bastante bien apoyada”.