El breaking, comúnmente conocido como breakdance, está a punto de hacer historia pues, de sus inicios como danza urbana en las calles del Bronx pasa a debutar en el escenario deportivo más prestigioso del mundo, los Juegos Olímpicos de París 2024, como disciplina de élite y único nuevo deporte en esta competencia.
Nació en la década de 1970 como una forma de expresión para jóvenes afroamericanos y latinos durante el auge del hip-hop, ofreciendo una voz creativa a comunidades marginadas. Se caracteriza por una combinación de movimientos atléticos que incluyen giros, volteretas y otras técnicas complejas y las competiciones internacionales comenzaron en la década de 1990.
A lo largo de años de evolución y profesionalización, se ha trasformado hasta convertirse en una disciplina deportiva. El breaking es reconocido como un deporte urbano al igual que el skateboarding y la escalada deportiva, inspirado en diversos estilos de baile de gran exigencia física y coordinación.
Los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires 2018 fue el primer evento olímpico en presentar el breaking.
El formato de la competición se estructurará en batallas uno contra uno, donde los competidores, conocidos como b-boys y b-girls, demostrarán sus habilidades en rondas de eliminación directa.
Un total de 32 breakers, 16 mujeres y 16 hombres, se enfrentarán en duelos en un escenario circular, acompañados por la música de un DJ y los ánimos de un maestro de ceremonias.
Del panorama latinoamericano, los bailarines Alvin (Colombia) y Leony (Brasil) participarán en la competición masculina, mientras que la colombiana Luma lo hará en la femenina.
Los atletas utilizarán una combinación de fuerza, acrobacias, improvisación y coordinación al ritmo de los “break beats” en un intento por conseguir los votos de los jueces; algunos movimientos característicos son el molino, la tortuga y el congelado.
La fase clasificatoria se dividirán en cuatro grupos de cuatro y en ella cada participante tiene dos pases de aproximadamente 60 segundos ante su oponente.
Al final de estos duelos, los dos mejores de cada grupo disputarán la ronda final, en la que cada bailarín realiza tres pases.
La evaluación
Un cuadro de mínimo cinco jueces (siempre impares) evaluará a los participantes con el sistema de puntaje denominado Trivium Judging System, desarrollado por la Federación Mundial de Danza (WDSF) en base a seis criterios principales.
Esos criterio son: la técnica, donde influye el control del cuerpo del atleta; el vocabulario, los movimientos que realicen en diferentes posiciones; la ejecución y su fluidez; la musicalidad, es decir, la forma que adapta la coreografía al ritmo; y la originalidad, lo nuevo que pueda aportar la actuación del deportista.
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Cada categoría evaluada representa entre un 15% y un 20% de la puntuación final, la cual determinará la posición del bailarín en cada ronda.