Brasil derrumbó la muralla defensiva que planteó Bolivia y se estrenó con triunfo 3 goles a 0 en el partido inaugural de la Copa América en el estadio Morumbí de Sao Paulo. El juego demostrado por los locales dejó dudas, al menos en el primer tiempo, y el público así lo dejó saber.
Los compases del partido estaban a favor de Brasil que dominó el juego y el balón, pero los continuos avances hacia el arco defendido por Carlos Lampe no revestían peligro.
Brasil lo intentó por los costados con Richarlison y David Neres, dos jugadores que no habían sido habituales en las convocatorias, y quienes con individualidades dejaban destellos de su talento.
Lo más peligroso de los 45 minutos iniciales: un cabezazo desviado de Thiago Silva tras un tiro de esquina y un centro “busca piernas” muy cerca del arco que la defensa rechazó hacia la última línea.
Coutinho, la figura del equipo ante la ausencia de Neymar por lesión, pasó desapercibido en el primer tiempo. Así como el mediacampista, el resto de los jugadores parecían no emplearse a fondo y conformarse con el control del balón a la espera de espacios.
Bolivia decida a defenderse estaba conforme. No atacaba pero tampoco estaba amenazada. Al cabo de 45 minutos sin disparos de peligro al arco boliviano, el público estalló y comenzaron los silbidos contra los dirigidos por Tite.
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Para el segundo tiempo no hubo cambios de jugadores, pero sí de mentalidad. Y en cinco minutos ya Brasil se adelantaba en el marcador con gol de penalti cobrado por Coutinho.
La jugada que llevó a la pena máxima estuvo en el suspenso del VAR. Sí, el árbitro argentino Néstor Pitana tuvo que recurrir a los videos para sentenciar una mano dentro del área, que transformó en gol el jugador del Barcelona y liberó la presión en la “verdeamerela”, que vistió un uniforme alternativo blanco y azul.
Brasil con más tranquilidad e insistencia tardó tres minutos en conseguir el segundo tanto con un cabezazo de Coutinho tras pase de Firmino, que salvo en esta jugada, no estuvo en su mejor día y fue sustituido por Gabriel Silva.
Todo el esfuerzo de Bolivia se desvaneció en unos instantes. Con el partido controlado, Tite dio ingreso a William y a Everton, quienes se encargaron de los extremos por Richarlison y Neres, de buenos desempeños pero sin repercusiones.
El gol de la jornada lo convirtió el recién ingresado Everton. Una jugada individual por la izquierda que terminó con un soberbio derechazo luego de regatear hacia el centro.
Los abucheos del público no se repitieron. La actuación del segundo tiempo cambió la percepción de intrascendencia. ¿Quedaron conformes los fanáticos brasileños?