La alegría que sintió Robert Arlt en 1929 cuando escribió “Ayer vi ganar a los argentinos”, palidecerá con el festín que desbordará a Recoleta, o con el estruendo que partirá los ventanales del Barrio La Boca, donde presentirán los pases que dos gigantes harán en La Bombonera.
Es una noticia histórica. Desde que el estadio Monumental fue erigido en el Barrio Parque General Belgrano, conocido por ser la sede de River Plate, los sueños de chocar contra sus adversarios nacidos en el Riachuelo en una Copa Libertadores los desvela.
Después de 58 años River Plate y Boca Juniors se verán frente a frente para definir quién es el amo de la Copa Libertadores. Este desafío que regenta la Conmebol creado en 1960, es uno de los más prestigiosos torneos en el mundo y la más ponderada competición a nivel de clubes de fútbol en Sudamérica.
Sin dudas Boca, detrás de Independiente, es el club más ganador de “títulos libertadores” con seis y cuatro subcampeonatos.
River Plate está mucho más abajo, con tres lauros de la máxima suramericana y dos segundos lugares.
Sin embargo el próximo sábado 10 de noviembre el ruido que harán en cancha 22 hombres iniciará un choque que ya en la víspera es “mítico” y a la postre exaltará el estandarte bonaerense del que más pueda.
Génesis de una rivalidad
De acuerdo a cronistas e historiadores, en su mayoría adscritos a las academias, fue a principios del siglo XX cuando nació la rivalidad entre el Boca Juniors y el River Plate. Curiosamente en los albores del siglo pasado ambos clubes compartían el barrio de La Boca como hogar.
Según los anales el primer partido entre ambos se disputó en 1908 y lo ganó Boca Juniors 2 a 1.
La crónica frente a este dato recomienda la conveniencia de dejar la puerta de la información entreabierta y no descartar la aparición de algún otro clásico previo a ese de 1908. La historia suele dar este tipo de sorpresas.
Lo que sí está claro es que el primer partido oficial se disputó el 24 de agosto de 1913, y en él, River Plate se impuso por 2 a 1 ante el Club Atlético Boca Juniors. Esa es el génisis que nutre al perpetuum mobile de la revancha.
La fe mueve montañas
Otro escritor reconocido por su afición al futbol, pero que tiene como patria a Uruguay, sirve en este texto como árbitro para conocer la psique que ensambla el balompié en tierras sureñas.
Eduardo Galeano dejó un comentario para la posteridad, alrededor del cual se reúne la hinchada mundial para decir amén: “El fútbol es la única religión que no tiene ateos”.
El sueño de un choque entre River y Boca se cristalizó cuando la Conmebol dirimió una cuita entre River y Gremio de Porto Alegre. Si la máxima autoridad de la Copa Libertadores de América fallaba a favor del club brasilero, habrían desaparecido las posibilidades del duelo. Sin embargo todo era cuestión de fe.
La Conmebol decidió suspender al entrenador de River, Marcelo Gallardo por cuatro partidos, tras infringir una sanción en la revancha de la semifinal ante Gremio el martes antes de Halloween, pero rechazó un reclamo del club brasileño de darle por ganado el encuentro ante el conjunto argentino.
Tango bonaerense
Si para bailar tango hacen falta dos, imaginen cuando la pareja en la cancha tiene el ombligo enterrado en el corazón de Buenos Aires.
Sin embargo esta esperada milonga que tomará el pulso de la nación, ha sido vista como un quilombo, razón por la que Rodolfo D’Onofrio, el presidente del club de la banda roja, decidió junto a su homólogo del Boca, Daniel Angelici, que el primer partido en La Bombonera se juegue sin público visitante. “No me quiero hacer cargo de una muerte”, aludió.
Y es que la melodía de arrabal se ha regenerado en la métrica porteña, que en compases sincopados toma a la muerte como “un doce” y la pone a jugar. Recientemente asesinaron a balazos a un hincha tras el partido Unión-Patronato (2-2) por la Superliga de primera división. Es la cuarta muerte en el año y la número 137 en los últimos 20 años, según la ONG Salvamos al Fútbol.
Los encontronazos serán el sábado 10 de noviembre en La Bombonera y el 24 en el Monumental del barrio de Núñez.
Gustavo Rízquez.