Un análisis del Consejo Americano para una Economía Energéticamente Eficiente arrojó que uno de cada cuatro hogares de bajos ingresos en Philadelphia gasta el 16% de su dinero en facturas de energía. Esto es una realidad energética que los expertos consideran grave.
Roxana Ayala, analista de investigación sénior del Consejo Americano para una Economía Energéticamente Eficiente y autora principal del análisis, precisó que los hogares que experimentan cargas energéticas altas o severas, pueden tomar decisiones realmente difíciles sobre necesidades de las que podrían tener que prescindir para pagar sus facturas de energía.
Ayala detalló que las cargas energéticas desiguales son resultado de la desinversión persistente en las comunidades, viviendas mal aisladas y electrodomésticos ineficientes, al tiempo que consideró que la segregación en los vecindarios y las prácticas crediticias discriminatorias limitan el acceso a viviendas eficientes y saludables para las comunidades.
“Por ejemplo, los hogares de bajos ingresos suelen tener menos acceso al capital necesario para realizar mejoras o renovaciones que permitan que sus viviendas sean más eficientes. Si se sigue teniendo un electrodoméstico ineficiente, se sigue utilizando más energía, lo que a su vez se traduce en mayores costos”, explicó Ayala, quien contribuye de manera significativa con el desarrollo de una fuerza laboral inclusiva, la asequibilidad y la equidad.
Afroamericanos e hispanos gastan una cantidad significativa de ingresos en energía
El análisis, que utilizó datos de la Encuesta de Vivienda Estadounidense de 2021 de la Oficina del Censo, reveló que los hogares afroamericanos, hispanos y de bajos ingresos continúan gastando una cantidad significativa de sus ingresos en energía, en comparación con los hogares en general.
En Philadelphia, en 2021, la carga energética media, o el porcentaje de los ingresos del hogar que se gasta en energía, fue del 3,6% para los hogares afroamericanos y del 4,1% para los hogares hispanos. La carga energética media en general fue del 2,7 %.
Los propietarios de viviendas de bajos ingresos en Philadelphia tuvieron las cargas energéticas medias más altas, gastando el 10,5% de su dinero en facturas de energía, en comparación con el 7,8% de los inquilinos de bajos ingresos.
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Las facturas de energía elevadas pueden hacer que las familias se enfrenten a cortes de servicios públicos o que deban tomar decisiones difíciles sobre qué gastos pagar. Es por ello, que en la ciudad de Philadelphia publicó en julio un plan para aliviar la carga de las elevadas facturas de energía de los habitantes de clase trabajadora.
En ese momento, la ciudad reconoció que Philadelphia enfrenta algunos de los costos de energía más altos en relación con los ingresos de los residentes, en comparación con otras ciudades del país, y que los inquilinos, los hogares afroamericanos e hispanos y las casas de bajos ingresos se ven afectadas desproporcionadamente.
Para la ciudad, cuando los costos de energía son altos, tienen efectos en cadena sobre la calidad de vida de los habitantes. El plan para aliviar la carga energética incluye la puesta a prueba de un programa de “techos fríos”, la exploración de un programa de compra e instalación de bombas de calor a granel y la ampliación de los programas de climatización.