Fernando Mendez.- No olvidemos que Donald Trump corrió en una plataforma de discordia y que como candidato amenazó con no aceptar los resultados de las elecciones si perdía. Como presidente, sintiendo que el descontento con su gobierno va en aumento y que puede llevar a una derrota en las elecciones de mitad de período, está amenazando con la violencia de quienes lo apoyan. Hay presión alrededor del presidente, de su propio equipo legal, de los tribunales, de los medios de comunicación, de su Departamento de Justicia, y la forma en que está reaccionando demuestra que no está preparado para enfrentar la inminente crisis. Los titulares de los periódicos más recientes revelan a un hombre en estado de sitio afirmando que lo que se dice o escribe sobre la Casa Blanca en medio del caos es “noticia falsa”. En cada oportunidad el presidente le dirá a su público que la forma en que se le trata en las noticias no es verdad. Según Trump, su Casa Blanca es “una máquina bien engrasada”. Su afirmación reciente de que China intervino los correos electrónicos de Hillary Clinton ha sido refutada por el FBI. Trump acusó a Google de no promocionar su discurso del Estado de la Unión como lo hicieron con Obama. Google respondió que efectivamente habían cubierto el discurso del Estado de la Unión. Se equivocó en su tweet sobre Sudáfrica. Luego acusó al Fiscal General Sessions de no tomar control del Departamento de Justicia, solo para que Sessions emitiera una respuesta sorprendentemente fuerte diciéndole al presidente que él había tomado control del Departamento de Justicia desde el primer día. Lo que perturba a Trump ahora es el hecho de que John McCain ha sido honrado luego de su muerte como un héroe estadounidense. El reality show que Trump dirige está girando fuera de control. Este autoproclamado genio estable va camino al desastre.