Las desavenencias internas entre los directivos de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), con sede en la virginiana Fairfax, se han tornado en la oportunidad que esperaba la fiscal general de Nueva York para investigar a la polémica institución, la principal defensora del porte de armas en los EE.UU.
La demócrata Letitia James, quien ostenta el monopolio de la acusación legal de Nueva York, ha girado instrucciones a todo su equipo para enviar citaciones, bloquear documentos y ensamblar una agenda con el fin de iniciar una averiguación en torno a las finanzas de la NRA.
De acuerdo a una nota divulgada por The Wall Street Journal la investigación surge en medio de problemas internos en el organismo entre el presidente del grupo, el exmilitar Oliver North, y el director ejecutivo, Wayne LaPierre, en el que North acusó a LaPierre de mala conducta financiera.
La situación doméstica de la Asociación Nacional del Rifle ha permitido a la fiscal general de Nueva York dar cumplimiento a una de sus promesas de campaña en la que ofreció que investigaría el estatus de organización sin ánimo de lucro.
El abogado de la Asociación, William Brewer, ha dicho que cooperarán con la investigación y aseguró que “la NRA está preparada para esto y tiene plena confianza en sus prácticas de contabilidad y buena gestión”, señaló además la prensa local.