“Permanecer en silencio e ignorar la mentira envalentona al mentiroso”. La frese corresponde a la representante Liz Cheney, quien este miércoles fue apartada de la jerarquía del partido republicano. Ahora sometida al ostracismo, la parlamentaria advirtió el “desmoronamiento” de la democracia en EEUU.
Los republicanos cumplieron lo prometido. Han retirado los recursos de amplificación a la representante. Ella los ha usado para decir que Donald Trump sigue engañando a millones de estadounidenses, sembrando dudas sobre la integridad de las elecciones. La actitud sectaria de los conservadores no es inusual. Menos en la era del magnate-presidente. Todos aquellos que lo desafiaron fueron a parar al destierro partidista.
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La conservadora de Wyoming, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, lanzó una enérgica promesa. “Voy a hacer lo que esté en mis manos para asegurarme que el expresidente no vuelva a acercarse nunca más (al poder)”. Trump -apartado de las redes sociales- reaccionó raudo afirmando que Cheney es un ser humano “amargado y horrible”.
Liz Cheney pisoteada
El nuevo residente de Florida no perdió segundos para atacar a la representante Liz Cheney. “Es una belicista cuya familia nos empujó estúpidamente a las desastrosas guerras sin fin de Medio Oriente. Lastró nuestros recursos y agotó a nuestras fuerzas armadas”. Así lo afirmó el exmandatario. Además agregó en un tono burlón que espera verla pronto como comentarista de cadenas como CNN.
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En la noche, víspera de su defenestración, la legisladora ofreció declaraciones. “No me quedaré sentada en silencio mientras otros llevan a nuestro partido por un camino que abandona el estado de derecho y se une a la cruzada del expresidente para socavar nuestra democracia”, aseguró.
El jefe de la minoría republicana Representante, Kevin McCarthy, y el número dos, Steve Scalise, ya tienen el reemplazo. Respaldan a una joven moderada que apoya a Trump, Elise Stefanik. Según nota de la aún no se ha programado una votación para un nuevo puesto. A algunos republicanos les preocupa que Stefanik, no sea lo suficientemente conservadora. Sin embargo tiene lo suficiente: es una feroz defensora de Trump.