Alabama se sumó a la docena de estados que contemplan la “castración química” como mácula que identifique a los pederastas que se sometan tras la sentencia de cárcel a un régimen de libertad supervisada.
El procedimiento es ley desde el pasado lunes 10 de junio y contó con el respaldo “proporcionado” de la gobernadora Jay Ivey, que rubricó la nueva ley que establece que los violadores de niños menores de 13 años, tras el sometimiento a la condena de un tribunal, podrán aspirar a la libertad vigilada si se someten al proceso de castración química.
Entre los estados de la Unión que utilizan el procedimiento está California, que fue el primero en aprobar en 1996 la castración química para pederastas condenados por delitos sexuales con niños de 13 años o menores como la violación o la sodomía.
Los estados de Florida, Georgia, Iowa, Luisiana, Montana, Oregón, Texas y Wisconsin también tienen medidas similares.
La nueva ley establece que los criminales que acepten someterse a este proceso deberán comenzar el tratamiento al menos un mes antes de salir en libertad y deberán continuar con el procedimiento hasta que un juez determine que ya no resulta necesario, detalló este martes la cadena NBC.
Al día de hoy la gobernadora Ivey ha evitado pronunciarse sobre esta polémica norma, a la que no mostró su apoyo sino hasta el momento de tener que sancionarla este lunes.
El congresista republicano Steve Hurst fue el presentador de la norma, una nueva ley en Alabama que tiene carácter estatal. El legislador durante el proceso de tramitación llegó a decir que, si por él fuera, este tipo de criminales afrontarían castigos mucho más duros.
“Si van a marcar a estos niños de por vida, ellos deberían ser marcados de por vida. Creo que si alguien le hace algo así a un niño pequeño, debe morir. Dios ya lidiará con ellos algún día”, señaló la semana pasada el legislador en una entrevista con la televisión WIAT, filial local de la cadena CBS.
La castración química, que ya se realiza en países como Alemania, Italia, Chile, Colombia, El Salvador y República Dominicana, consiste en la aplicación de inyecciones cada seis meses que disminuyen la producción de testosterona e inhiben el apetito sexual.