Cuando en el segundo estado de la Unión es de día, en Kabul inicia el anochecer. Esta particularidad fue resaltada en el trabajo de la periodista de WYHH, Laura Benshoff. Los refugiados afganos en Pensilvania temen por la vida de sus familiares a manos del Talibán. Ellos están insomnes. Laboran en el día y pasan toda la noche tratando de comunicarse con las personas que en su tierra natal se juegan la vida.
Laura Benshoff cubre historias de interés estatal para Keystone Crossroads y WHYY, centrándose en la inmigración. En una de sus últimas reseñas mencionó que “Rezwan Natiq no ha dormido”. Él es un refugiado afgano que vive desde 2019 en el norte de Filadelfia. Desde que los talibanes tomaron Kabul el 15 de agosto, “estoy despierto la mayor parte de la noche”. Hace contacto con familia y amigos. Preguntando por su salud. Construye con nudos en la garganta palabras de esperanza.
La egresada de la Universidad McGill de Montreal, Canadá, describió la “angustia y lucha por ayudar a los afganos que huyen de los talibanes” desde Pensilvania. Los talibanes han tomado rápidamente el control tras 20 años de ocupación estadounidense. A medida que se desarrolla la situación, los grupos de reasentamiento de refugiados de la zona se preparan. Reactivan las dinámicas conocidas para apoyar a las personas que puedan huir.
Afganos en Pensilvania están angustiados
Cabalgando sobre la crónica de Benshoff supimos más sobre el refugiado Natiq. Él es uno de los al menos 910 refugiados de Afganistán reasentados en Pensilvania entre 2009 y 2019. El grupo está principalmente en Filadelfia, Pittsburgh y Harrisburg/Lancaster. Los datos de localización fueron aportados por el Departamento de Servicios Humanos de Pensilvania.
Los afganos en Pensilvania perdieron la poca tranquilidad que tenían. Muchos llegaron con Visados Especiales para Inmigrantes (SIV), un documento diseñado para ayudar a los locales que ayudaron al gobierno de Estados Unidos en Afganistán e Irak. Realizaron tareas que a menudo involucraban gran riesgo personal.
Según expuso WYHH, Natiq trabajó como periodista en Afganistán. Luego en nombre del gobierno estadounidense, formó a burócratas locales en el manejo de un sistema de justicia penal. La labor le permitió recibir un SIV y venir a Estados Unidos en 2019. Antes de partir, sobrevivió por poco a múltiples atentados con bomba.
Otra historia entre lágrimas
The Special Immigrant Visas (SIV) ha asentado a los refugiados afganos en todo el país. Muchos esperaban patrocinar a sus familiares para obtener sus propios visados. Ahora, aislados de sus familiares y amigos, describen que se sienten desamparados. Los afganos en Pensilvania están angustiados.
Es con esta realidad al frente que se introduce la historia de Said, de 36 años. Rogó a la periodista Laura Benshoff omitir su apellido. Teme que si lo revela sus familiares en Afganistan podrían ser asesinados. Él también es residente del noreste de Filadelfia. Esta residenciado en la zona cercana a Oxford Circle, donde se asientan muchos afganos.
Said es un antiguo empleado de la embajada de Estados Unidos en Kabul. Dijo que ha sido bombardeado con peticiones. “Recibí muchos mensajes de empleados locales diciendo que se les ha dejado atrás y que nadie se preocupa por ellos”. Estados Unidos, dijo Said, “podría haber hecho algo” para ayudar a estos aliados.
Datos de interés
Se calcula que hay unos 18.000 afganos en la cadena del SIV, según el Departamento de Estado estadounidense. En julio, la administración Biden anunció planes para evacuar a 2.500 traductores. Incluía a un grupo de otros aliados locales antes del 11 de septiembre de 2021.
Algunos ya están llegando a una base militar en las afueras de Richmond, Virginia, según Lutheran Social Services. Este es uno de los grupos religiosos que ayuda a colocar a los refugiados en las comunidades estadounidenses. Durante un discurso este lunes, el presidente Joe Biden culpó al antiguo gobierno afgano aliado por no permitir a Estados Unidos evacuar a más personas.