La relación numérica habla por sí sola. Las escuelas de Pensilvania han sido lentas para optar por un programa multimillonario de la administración de Wolf. Solo 396 escuelas de las 5 mil de Pensilvania solicitaron pruebas de COVID gratuitas. Esto ha sucedido en medio de brotes de COVID-19 en las escuelas creados por la variante delta.
La extraña situación fue objeto de un trabajo especial de Spotlight PA. El periodista Jamie Martines estuvo en la investigación. Los datos son claros. “Muchos distritos escolares de Pensilvania están dejando pasar las pruebas gratuitas de coronavirus incluso después de un aumento de casos”.
Sólo 396 escuelas se inscribieron. Lo hicieron entre mediados de agosto y el 30 de septiembre. Los datos están en el Departamento de Salud de Pensilvania. “Eso es de entre más de 5.000 escuelas concertadas, privadas y públicas de todo el estado”, apuntó Spotlight PA.
396 escuelas de las 5 mil de Pensilvania
Dentro de ese total, 60 de los 500 distritos escolares públicos de Pensilvania están representados. Esa es otra forma de ver el abismo que tenía esa profundidad entre el 30 agosto hasta el 14 de septiembre. Los distritos de Filadelfia y varios de sus condados colindantes participan en un programa de pruebas separado. De allí que el dato que refleja a 396 escuelas de las 5 mil de Pensilvania se muestra perturbador.
La administración de Wolf y los funcionarios de las escuelas ofrecieron diferentes razones. La institucionalidad traduce a cuenta propia el desdén de los distritos y planteles. Argumenta que la falta de participación está asociada al temor. A las escuelas les aterra encontrar demasiados casos. Lo otra excusa es que están demasiado abrumados por un comienzo caótico del año académico.
“Cualquier reticencia por parte de las escuelas puede deberse a que tenemos que seguir educándolas sobre su disponibilidad”. Así dijo la secretaria de Sanidad en funciones, Alison Beam, durante una reciente conferencia de prensa. “Y, por supuesto, hemos intentado, hasta la saciedad, asegurarnos de que las escuelas lo conozcan”.
Emparejar a toda costa
Spotlight PA recordó que después de que las escuelas cerraran abruptamente en marzo de 2020, la mayoría de los estudiantes de Pensilvania pasaron los meses siguientes aprendiendo, al menos a tiempo parcial, en casa.
“Múltiples estudios han demostrado que los estudiantes de todo el país se quedaron atrás”. Hay rezago “en lectura y matemáticas a causa de la pandemia”. “Los que asistían a escuelas de bajos ingresos experimentaron mayores retrocesos”. Esto se puede apreciar en los resultados de los exámenes en comparación con sus compañeros más ricos.
Este año, la prioridad era reabrir las escuelas y recuperar el valioso tiempo de clase que se perdió. Que 396 escuelas de las 5 mil de Pensilvania hayan pedido el programa de pruebas de COVID gratuitas parece no hacer peso. La vuelta a la enseñanza presencial ha traído sus propios retos. Están agravados por la aplicación de un mandato estatal de máscaras emitido a los pocos días del nuevo curso académico.
Una explicación endógena
Los dirigentes han invertido “una enorme cantidad de tiempo y energía” para cumplir con la orden. Esto según Mark DiRocco, director ejecutivo de la Asociación de Administradores Escolares de Pensilvania.
Las escuelas de todo el estado también han estado lidiando con brotes repentinos de COVID-19, dijo. La responsabilidad de rastrear los contactos -el proceso de notificar a las personas que pueden haber estado expuestas a alguien infectado con el coronavirus- también ha recaído en el personal escolar.
Las pruebas pueden ser una herramienta útil, pero también es un obstáculo logístico más que gestionar. “Puedo entender fácilmente que esto se haya dejado de lado”, dijo DiRocco.