Con canciones, velas y banderas, jóvenes de organizaciones sociales y políticas de Argentina iniciaron en la madrugada del sábado 26 de abril frente a la catedral de Buenos Aires una vigilia para reivindicar el legado del Papa Francisco, mientras que en Roma se desarrollaba su funeral.
A última hora de la noche, un centenar de personas instaló carpas en la Plaza de Mayo y se preparó para mantener una vigilia desafiando el tiempo lluvioso hasta las 5:00 de la mañana (hora local) del sábado, cuando comenzó el funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En las carpas colocadas a pocos metros de la catedral se veían imágenes del Papa y de la Virgen de Luján iluminadas con velas, comida para compartir y banderas con consignas como “nuestra fe será revolucionaria o no será”.
“Armamos esta vigilia con un conjunto de sindicatos y organizaciones para reivindicar el legado del Papa, para transformar la tristeza que nos dejó su partida en un faro de esperanza”, dijo a la AFP Iara Amado, una trabajadora social de 25 años.
En las inmediaciones de la plaza colocaron banderas con leyendas como “hagan lío”, “iglesia a la calle” y “sueñen en grande”, algunas de las frases emblemáticas del papado de Francisco.
No muy lejos de allí, se proyectó en el Obelisco la imagen del Papa con la inscripción “recen por mí”.
Lucas Pedró, un docente de 40 años que forma parte de la organización Misioneros de Francisco, contó que se congregaron “con un profundo sentido de agradecimiento” y con el desafío de “profundizar el magisterio de Francisco en la iglesia, en la sociedad, en el mundo, y construir así una economía más humana, un mundo más justo”.
La misa funeral del sábado en la plaza de San Pedro del Vaticano precedió el traslado del cuerpo de Francisco a su última morada, la basílica de Santa María la Mayor de Roma, a 11.000 kilómetros de su barrio natal en Buenos Aires.

Cinco horas después de las exequias vaticanas, a las 10:00 de la mañana de Argentina, la Catedral de Buenos Aires celebró una misa por el primer Papa latinoamericano de la historia.
Es el templo donde Jorge Bergoglio fue arzobispo hasta 2013, cuando viajó a Roma para participar en la elección de un nuevo Papa, lejos de presagiar que sería el escogido.
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Este sábado los llamados curas villeros, como se conoce a los sacerdotes de las villas o asentamientos, convocaron a las comunidades de los barrios populares a un almuerzo en la Plaza de Mayo junto a la Familia Grande Hogar de Cristo, una red de centros de atención de adicciones que recibió un gran impulso del papa argentino.
La caminata recorrerá lugares simbólicos como la Casa Mama Antula, dedicada a la primera santa argentina; la Plaza Constitución, donde Bergoglio hablaba contra la exclusión; y, tras varias paradas, culminará en la Parroquia de Caacupé, en la Villa 21-24, uno de los asentamientos donde el entonces arzobispo jesuita acercó la Iglesia a los más necesitados.
Por: AFP