El gobierno de Trinidad y Tobago anunció la preparación de un proceso de deportación masiva de migrantes indocumentados, la mayoría de ellos venezolanos, en medio de un nuevo episodio de crisis diplomática con Caracas tras la llegada de un buque de guerra estadounidense al país caribeño.
De acuerdo con un memorando del Ministerio de Seguridad Nacional, citado por la agencia AFP, se ordenó que “todos los inmigrantes ilegales detenidos sean retenidos” con el fin de implementar un “ejercicio de deportación masiva”. Los venezolanos constituyen la principal comunidad migrante en el archipiélago, que en los últimos años ha sido uno de los destinos más frecuentes para quienes huyen de la crisis económica y política en Venezuela.
Las tensiones bilaterales aumentaron tras el atraque del destructor estadounidense USS Gravely en Puerto España, para participar en ejercicios militares regionales. La nave forma parte de una flota desplegada desde agosto con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico, aunque el gobierno de Nicolás Maduro sostiene que estas operaciones buscan “provocar su derrocamiento”.
La primera ministra Kamla Persad-Bissessar, en el poder desde 2024, mantiene un discurso crítico hacia la migración venezolana y alineado con Washington, lo que ha marcado un cambio en la política exterior del país respecto a Caracas.
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En respuesta, Maduro anunció el lunes la ruptura de los acuerdos gasíferos bilaterales, un proyecto energético clave entre ambos países, separados por apenas diez kilómetros de mar. Además, el Parlamento venezolano prevé declarar persona non grata a Persad-Bissessar este martes, profundizando una crisis diplomática que amenaza con escalar en el Caribe.

































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