En su declaración de apertura, el diplomático Bill Taylor dice que la ayuda de Ucrania estuvo vinculada a la investigación de los Bidens y DNC en 2016. El embajador Taylor mantenía copiosas notas de sus reuniones y conversaciones con Rudy Giuliani, el secretario de Estado Mike Pompeo y otros. Comenzó a escribir las 15 páginas tan pronto como llegó a Kiev y se dio cuenta de que la relación de los Estados Unidos con los ucranianos estaba teniendo lugar fuera de los canales oficiales. Después de servir a este país durante décadas, el diplomático supo desde el principio que lo que estaba sucediendo no era la forma normal de hacer negocios. Los partidarios del Partido Republicano han descrito al embajador como “un burócrata radical no electo”, pero el propio Mike Pompeo le pidió que abandonara la jubilación. En su testimonio, Taylor dice que estaba profundamente preocupado por el hecho de que retener la ayuda a Ucrania le estaba costando la vida a Ucrania.
A modo de comparación, veamos lo que está sucediendo en este momento con los kurdos. Donald Trump le dio luz verde a Erdogan para invadir el norte de Siria y tomar el territorio habitado por los kurdos que lucharon junto a las fuerzas estadounidenses para deshacerse del ISIS. Y tal como sucedió en Ucrania, la decisión de Trump está costando cientos y quizás miles de vidas. El testimonio del embajador Taylor es claro y preciso sobre cómo y cuándo los ucranianos se vieron afectados por la falta de fondos aprobados. Sin embargo, los republicanos que estuvieron presentes al comienzo del testimonio no hicieron preguntas relevantes, guiando sus preguntas a acusaciones no comprobadas. Indudablemente, el testimonio del embajador Taylor brinda al Congreso más evidencia de acciones ilegales resultantes del llamado de Trump al presidente ucraniano. Quizás esto hará lo que el informe Mueller no pudo hacer, y los políticos de ambos partidos llegarán a la misma conclusión: este presidente debe irse.