El rapero mexicano Sandro Malandro transforma su pasado de migración, delincuencia y supervivencia en un relato de redención con su nuevo álbum Malandro, una obra que el artista considera la más personal de su carrera. En este disco, Sandro retoma sus raíces musicales y ofrece una mirada íntima a los episodios más duros de su vida.
Originario de Reynosa, Tamaulipas, una de las ciudades más golpeadas por la violencia fronteriza, el rapero reconstruye en sus letras la realidad que vivió antes de consolidarse como artista. “Hablo mucho de la ciudad de donde yo soy, de cómo vivía ahí, de muchas cosas que hice en mi pasado”, confiesa. Entre esos recuerdos se encuentran los motivos por los cuales tiene restricciones legales para ingresar a Estados Unidos, país en el que vivió como inmigrante indocumentado durante varios años.
Malandro surge como respuesta a las peticiones de sus seguidores, quienes le reclamaban volver al rap después de su álbum anterior, Sandro, donde exploró otros estilos. “La gente me decía: ‘ya quítate el Malandro’. Entonces pensé: ‘¿quieren rap? Ahora sí les voy a dar’”, relata entre risas.
Lejos de glorificar la violencia, el artista aclara que su seudónimo no representa agresividad sino astucia. “Ser un malandro es ser alguien que no se deja engañar”, explica. Sin embargo, reconoce que su juventud estuvo marcada por la influencia de su entorno: “No me considero una mala persona, pero me dejé llevar por las amistades y terminé haciendo cosas malas”.
La música fue su refugio y la herramienta con la que canalizó su historia. En una de sus canciones más significativas confiesa: “Soy todo un rapero, a mis amigos los mataron”, un verso que resume la pérdida y el instinto de supervivencia que lo impulsó a cambiar de rumbo. Tras años de trabajo en la construcción en Estados Unidos, Sandro regresó a México con una visión crítica sobre el llamado “sueño americano”. “No es más que ir a esclavizarte; trabajas toda la semana para pagar renta y coche. Me di cuenta de que no había ningún sueño”, asegura.
Hoy, Sandro Malandro ofrece un mensaje de resistencia a los migrantes mexicanos: “Fuerza y aguanten vara, pero traten de no meterse en problemas con el gobierno”.
Te puede interesar:Fotógrafo venezolano presenta en Miami muestra sobre su historia como migrante
Con una propuesta que fusiona rap, funk y ritmos urbanos, el músico busca reafirmar su identidad y dejar claro que su nombre artístico no define su esencia. “Soy buena persona, hice cosas de las que me arrepiento, pero mi música habla de lo que soy ahora”, afirma.
De los barrios de Reynosa al reconocimiento internacional, Sandro Malandro convierte su vida en testimonio sonoro de transformación y esperanza.

































Noticias Newswire









