Una batalla que encaró frente a sí mismo y bajo el ojo del Creador fue coronada para el nativo de Oregón, Colin O’Brady, quien se transformó en el primer hombre en cruzar a pie y en solitario la Antártida.
O’Brady no solo ha llenado de orgullo a su terruño, Portland, sino que insufla coraje a un compañero que está aún en carrera, el capitán del Ejército británico, Louis Rudd, de 49 años.
El norteamericano compartió en la plataforma social Instagram un texto y una fotografía desde la barrera de hielo de Ross, “donde la superficie de la Antártida termina y el océano de hielo empieza”.
El estadounidense cubrió la travesía en 54 días y recorrió 1.500 kilómetros.
El “sprint” final de O’Brady fue un recorrido casi ininterrumpido de 32 horas y 124 kilómetros que empezó el día de Navidad.

En su equipaje, O’Brady llevaba un saco de dormir para 40 grados bajo cero, paneles solares portátiles, esquís de fondo, teléfonos satelitales y módems, y un localizador GPS programado con puntos de paso.
Antes de la expedición, O’Brady acondicionó su cuerpo en un entrenamiento con pesas, ganó seis kilogramos de masa muscular e incrementó su resistencia al frío sumergiendo manos y pies en cubos de agua helada.
El oregonés de 33 años inició la aventura en Punta Arenas, Chile, el pasado 3 de noviembre en el Campamento Glaciar Unión.
Dos hombres con el mismo propósito compartieron el hielo. Sin embargo, el estadounidense arribó primero a la meta. El capitán del Ejército británico Louis Rudd aventajó hasta el 9 de noviembre al estadounidense, quien con el tiempo hizo valer su entrenamiento físico y colocó un margen imbatible.
El oficial del Reino Unido aún sigue en el camino y podría convertirse en el segundo hombre en completar el reto a pie, en solitario, sin asistencia y sin ayuda del viento.
“Cuando empujé mi trineo a través de esta línea invisible logré mi objetivo: convertirme en la primera persona en la historia en atravesar la Antártida de costa a costa sin apoyo ni ayuda”, dijo el estadounidense.
“Si bien las últimas 32 horas fueron algunas de las más difíciles de mi vida, honestamente, han sido algunos de los mejores momentos que he experimentado”.
“He estado atrapado todo el tiempo en un profundo estado de flujo, enfocado en la meta final, mientras permitía a mi mente contar las profundas lecciones de este viaje. Estoy delirando mientras escribo esto porque aún no he dormido”, reconoció.
Aunque a O’Brady le tomó 1.500 kilómetros completar la travesía que empezó en el Campamento Glaciar Unión y terminó en la barrera de hielo de Ross pasando por el polo sur, esta consta de 1.480 kilómetros.
Antes que ellos lo habían intentado otros, como el exmilitar británico Henry Worsley, que falleció a falta de 200 kilómetros.