La Casa Blanca anunció este miércoles 17 de julio que las inscripciones para el nuevo plan de regularización de migrantes en Estados Unidos, que se calcula beneficiará a unas 500 mil personas, dará inicio el próximo 19 de agosto.
El programa, que fue anunciado el pasado junio está diseñado para beneficiar fundamentalmente a personas inmigrantes que no tengan estatus legal y estén casadas con estadounidenses. La iniciativa comienza en plena época electoral en la que la gestión del fenómeno de la migración se ha transformado en un tema central para los electores.
Las autoridades correspondientes han informado que a partir de la fecha anunciada, las personas que no tengan estatus legal y estén casadas con estadounidenses y que quieran acogerse a este programa podrán enviar sus solicitudes e iniciar el proceso para obtener una residencia permanente en Estados Unidos sin tener que salir del país.
Este anuncio de la Casa Blanca coincide con una visita del presidente Biden a Las Vegas, en el estado de Nevada, donde ofreció un discurso en la conferencia anual de la organización a favor de los derechos de los migrantes UnidosUs.
En el estado de Nevada, donde uno de cada cinco votantes es hispano según datos de la organización NALEO, el voto latino es clave para que cualquier candidato alcance la victoria.
El plan de regularización se apoya en una figura legal conocida como “parole” que consiste en un permiso temporal para permanecer en territorio estadounidense, que ofrece protección frente a la deportación y en este caso la posibilidad de obtener un permiso de trabajo.
Con dicho permiso, que tendrá una vigencia de tres años, los migrantes que ingresaron en Estados Unidos de manera irregular y están casados con ciudadanos estadounidenses, pueden solicitar el permiso de residencia y eventualmente la ciudadanía.
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En teoría, las personas indocumentadas pueden conseguir la residencia si contraen matrimonio con un ciudadano estadounidense. No obstante, para hacerlo el migrante debe salir de Estados Unidos y acudir a una embajada, lo cual conlleva el riesgo de que se les prohíba la entrada de nuevo por periodos de 3 a 10 años, como desagravio por haber estado en territorio estadounidense sin estatus legal.
Este “parole” elimina la necesidad de salir del país y permite que los migrantes puedan esperar a que el Gobierno les otorgue el permiso de residencia sin tener que alejarse de sus familias por un periodo indefinido.