Las autoridades de la ciudad de New York aseguran que continúan comprometidas con la protección de los inmigrantes y recordaron que no deben temer si tienen que acudir a los hospitales para recibir la atención que necesitan, aunque sean momentos “difíciles” en que la Administración Trump arrecia su campaña contra dicha comunidad.
Un grupo de funcionarios de la llamada “Gran Manzana”, liderados por el comisionado de la Oficina de Asuntos de Inmigración, Manuel Castro, participaron en un foro sobre este tema en el que manifestaron que aún sigue vigente la ley que convirtió a New York en una “ciudad santuario” o amiga de los inmigrantes.
En tal sentido dijeron que los inmigrantes no tienen la obligación de revelar su estatus migratorio para recibir servicios de salud y todos los beneficios que por años se les han provisto, a pesar de la política migratoria del Presidente estadounidense.
“Tenemos una larga y orgullosa historia de cuidar a todos, sin excepción, y hoy, nuestro compromiso con el acceso a la atención médica sigue siendo inquebrantable, independientemente del estado migratorio, la capacidad de pago o por el dominio del inglés”, afirmó la comisionada interina del Departamento de Salud de la ciudad, y médico, Michelle Morse.
“Proteger a nuestros neoyorquinos inmigrantes no solo es lo correcto: es un imperativo de salud pública”, sustentó Morse, quien ofreció datos de un informe que su departamento divulgó a conocer en fecha reciente sobre la salud de los inmigrantes; el mismo revela que su expectativa de vida es mayor que la generación que ha nacido en Estados Unidos, por lo que es importante que tengan acceso a servicios médicos.
Dijo además que defender e invertir en la confianza y la dignidad de los inmigrantes es esencial para una ciudad segura y saludable.
“Estamos viviendo un período extremadamente intenso de control migratorio que tiene consecuencias directas para nuestra salud”, indicó la doctora Morse, quien en su disertación estuvo acompañada por el director ejecutivo de la corporación de hospitales y clínicas de salud públicas, el médico Jonathan Jiménez, de origen colombiano, quien recordó que sus padres fueron indocumentados.
Te puede interesar:New York, el “santuario” que luce cada vez más débil para los inmigrantes
Jiménez insistió en que no se debe revelar información de los pacientes y que su privacidad está protegida por la ley, por lo que los inmigrantes no tienen que dar información sobre su estatus migratorio para recibir servicios sanitarios.
Por su parte el comisionado de la Oficina de Asuntos de Inmigración informó que el foro se realizó después de que inmigrantes preguntaran si es seguro acudir a hospitales por atención médica o medicamentos, eso ante el temor a ser deportados por la política migratoria del Gobierno.