South Street, Filadelfia, es el principal lindero donde la mente creativa de Isaiah Zagar ha tatuado con sus murales la piel de la ciudad más poblada de Pensilvania.
Los Magic Gardens de la ciudad del Amor Fraterno, es la obra de mosaico de South Street más grande de Zagar, una instalación en tres dimensiones, inmersiva y un espacio de galería de museo. Los mosaicos están incrustados con poesía, citas, nombres de artistas que han inspirado a Zagar, así como retratos y formas de personas y animales.
De acuerdo a un registro encontrado en el sitio web waybackmachine, el artista que ahora tiene 80 años comentó años atrás en torno a su obsesión artística que:
“En 1959, cuando tenía 19 años, me introdujeron en el ambiente de arte popular de Clarence Schmidt , My Mirrored Hope, Woodstock, Nueva York , EE. UU. Poco después, en 1961, hubo una innovadora exposición en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York, llamada El arte de la reunión. Porque esa exposición incluyó ensamblajes de artistas como Pablo Picasso, Jean Dubuffet , Kurt Schwitters , Antonio Gaudí junto a los ladrilleros no entrenados Clarence Schmidt, Simon Rodia y Ferdinand Cheval.eso me dio como artista capacitado las razones para incluir sus conceptos como manifestaciones de bellas artes . En un momento crucial de mi vida, me permitió comenzar lo que podría llamarse el trabajo de toda una vida haciendo de la ciudad de Filadelfia, Pensilvania, un museo de mosaico laberíntico que incorpora todos mis conocimientos y habilidades variadas”.
Isaiah Zagar es un artista celebrado. De acuerdo a la confesión de la directora del “Magic Garden”, Emily Smith, detrás de la alegría y los colores que se ven a primera vista, se puede vislumbrar la oscuridad, la infelicidad y la gran ansiedad del artista, que fue diagnosticado bipolar y que “ha luchado toda su vida contra sus depresiones psicológicas”.

Trozos de azulejos y baldosas, botellas vacías, pedazos de espejos, alambres, radios de bicicletas, piezas de porcelana y un sinfín de materiales de desecho se extienden por las paredes y los muros interiores y exteriores del edificio que acoge el Jardín Mágico y lo desborda.
Pocos años atrás Jeremiah Zagar, hijo del artista plástico, quien nació bajo los preceptos que dictan que “hijo de gato caza ratones”, realizó un documental de su padre que fue reseñado por The New York Times y que titularon: Estudiando el tema favorito de papá: él mismo.
En el audiovisual el muralista, quien para entonces tenía 70 años dijo una frase lapidaria sobre su propia obra: “Uso el arte como una tela de araña, para atrapar a las personas y cambiar cómo se ven, sienten y sueñan”.