El arzobispo de Chicago, cardenal Blase Cupich, abrió éste viernes la sesión plenaria de la reunión cumbre de los episcopales y superiores de las órdenes religiosas contra los abusos sexuales clericales a niños y adolescentes. Como uno de los cuatro miembros del comité organizador, ofreció un marco legal para ayudar en la lucha contra los abusos, garantizando la responsabilidad de los obispos.
El papa Francisco estuvo presente todo el tiempo en la Nueva Sala del Sínodo donde se celebró en la segunda sesión plenaria de la reunión cumbre que se realiza en el Vaticano y que culminará el próximo domingo 24 de febrero.
El cardenal Blase Cupich instó a “avanzar para establecer leyes y estructuras sólidas con respecto a la rendición de cuentas de los obispos”, que es el tema estipulado en la segunda jornada de la plenaria.
En relación a la cumbre, el cardenal Cupich, muy cercano a la línea del sumo Pontífice, dijo que las madres y padres de las víctimas de los abusos sexuales por parte de clérigos, “exigen que los obispos rindan cuentas” ante la ceguera sobre el alcance de este fenómeno.
Los grupos de tareas
La cuestión es compleja porque los 5.100 obispos de la Iglesia tienen una relación directa con el Papa como descendientes de los apóstoles en la doctrina católica. El encuentro de los 114 presidentes de las conferencias episcopales presentes obliga a buscar nuevas formas de control. Se barajan los “grupos de tareas” por iniciativa de los organizadores para ayudar a los obispos y a la vez seguir su actividad en el terreno de la lucha contra los abusos.
Los grupos de tareas estarían destinados a actuar en casos de abusos con equipos multidisciplinarios. El Secretario de Comunicaciones, Paolo Ruffini, dijo que el tema está siendo tratado en las sesiones de trabajo. Dichos grupos deberían trabajar especialmente en las iglesias nacionales más pequeñas.
El moderador de las sesiones plenarias, padre Federico Lombardi, dijo que “hay algunas conferencias episcopales con mucha experiencia, favorables a la creación de los grupos de tareas”. Según Lombardi el equipo Vaticano podría estar integrado por “expertos y canonistas, junto a psicólogos que se ocupen de estar junto a las víctimas para que los obispos se sientan acompañados. También podrán formular líneas guías para tratar casos de abusos y dar con todo tipo de abusos”.
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Temas principales
En el encuentro los dos temas principales son las víctimas y los obispos “negligentes” que hace demasiado tiempo que protegen a los curas pedófilos, ocultándolos y transfiriéndolos a otras parroquias.
“Las madres y los padres nos han llamado a rendir cuentas porque simplemente no pueden comprender cómo nosotros, como obispos y superiores religiosos a menudo nos hemos cegado ante el alcances y el daño del abuso sexual de menores”, dijo Cupich.
El cardenal recordó a los obispos que “hay que rechazar categóricamente los encubrimientos o el consejo de distanciarnos de los sobrevivientes de abusos por razones legales o por miedo al escándalo”.
Cupich propuso “involucrar y consultar a expertos laicos” en las investigaciones. Las denuncias contra un obispo “deben ser transparentes y bien conocidas por los fieles”.
El purpurado recordó que “la denuncia de un delito no debe verse obstaculizada por el secreto oficial o por normas de confidencialidad”. Recomendó que “se puedan adoptar las medidas cautelares apropiadas, incluido temporal y público del acusado de su cargo”.
Concluyó su ponencia señalando que “las víctimas y sus familias, así como las personas que presentan acusaciones, deben ser tratadas con dignidad y respeto. Ellas deben recibir una atención pastoral adecuada y ninguna persona debe ser discriminada o sufrir represalias sobre la base de la denuncia”.
Cupich propuso para “mejorar la rendición de cuentas” de los obispos, la posibilidad de establecer líneas telefónicas gratuitas y páginas Web “para recibir y trasmitir las acusaciones”.
“Todos los mecanismos deben ser bien conocidos por los fieles”, agregó. La segunda jornada de la cumbre comenzó con la distribución de informes de las agencias de las Naciones Unidas acerca de la violencia contra los niños.

El moderador de las sesiones plenarias, el ex portavoz pontificio padre Federico Lombardi, un jesuita como el Papa, explicó que Francisco quiso que se les propusieran las reflexiones de los documentos de la ONU a los 190 líderes de la Iglesia, entre ellos los 114 presidentes de las conferencias episcopales.
Estos textos son “Hacia un mundo libre de violencia” y “Un rostro familiar: la violencia en la vida de niños y adolescentes”, de la Unicef, el fondo para la infancia de las Naciones Unidas.
Tras el rezo común de una oración, se leyó a los presentes el testimonio de una víctima. “Cuando fui abusada por un sacerdote, mi madre Iglesia me dejó sola. Me siento aún más sola porque no sé a quién acudir”, sostuvo.