Unas horas después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos ordenara mantener la normativa sanitaria conocida como Título 42, decenas de migrantes fueron enviados en buses desde el estado fronterizo de Texas, a las ciudades de Chicago y Nueva York.
La Alcaldía de El Paso, en Texas, que hace frontera con Ciudad Juárez en México, anunció que se mantendrá el estado de emergencia declarado por el alcalde demócrata Oscar Leeser, ante lo que se esperaba fuera el fin de la regla que permite la expulsión de la mayoría de inmigrantes que llegan a territorio estadounidense por su tierra.
Las autoridades locales y federales estimaron que como consecuencia de la suspensión de la norma impuesta por la Administración Trump en 2020 y mantenida por el actual presidente Joe Biden, se registraría un aumento en el número de migrantes que llegan a las ciudades fronterizas.
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Según lo reseñan algunas agencias internacionales, en la ciudad de El Paso, en los alrededores del albergue de la parroquia El Sagrado Corazón, dos personas con indumentaria identificada y credenciales de la Oficina de Manejo de Emergencias de Texas ofrecieron a los inmigrantes un viaje gratuito en bus a Nueva York o Chicago.
Desde abril de este año, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha enviado decenas de buses con migrantes ilegales hacia varias ciudades en el norte del país con el propósito de presionar al presidente Biden para que endurezca las políticas migratorias.
Quienes se quedaron sin espacio en el refugio con capacidad limitada para unas 150 personas, escucharon atentamente las condiciones del viaje. De acuerdo con lo explicado por uno de los funcionarios, sólo podrían embarcarse en el bus las personas que tuvieran papeles de inmigración estadounidense. Es decir, quienes se entregaron a la Patrulla Fronteriza al cruzar la frontera y no los que la atravesaron sin ser detectados.
Muchos se alejaron desanimados luego de escuchar las condiciones.
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El coordinador del albergue, el sacerdote Rafael García, explicó que además de un sitio donde dormir, otra necesidad primordial de los migrantes que llegan a El Paso es el transporte.
“Hay una gran necesidad de muchas personas que no tienen cómo trasladarse al lugar donde los van a recibir”, dijo el párroco.
Un pasaje de bus hacia Denver o Los Ángeles, dos de las ciudades con mayor población al oeste de El Paso, cuesta entre 90 y 95 dólares.
Desde que su entrada en vigor hace más de dos años, el Título 42 ha permitido la expulsión acelerada de más de 2,7 millones de migrantes, según datos del International Rescue Comittee.