Cada cuarto jueves de noviembre, millones de estadounidenses se reúnen para celebrar el Día de Acción de Gracias o Thanksgiving, una tradición que combina historia, gratitud y, sobre todo, comida.
Entre estas celebraciones, la comunidad latina ha desarrollado su propia versión del festín, fusionando platos típicos de Estados Unidos con sabores y recetas de sus países de origen. Según datos del Pew Research Center, más de 60 millones de latinos viven en EE. UU., y un porcentaje significativo participa activamente en estas festividades, aportando un toque cultural único.
Para muchas familias latinas, la cena de Acción de Gracias no se limita al clásico pavo horneado. En hogares mexicanos, por ejemplo, es común encontrar tamales de maíz rellenos de pollo, cerdo o rajas con queso, que se sirven junto al puré de papa o los ejotes típicos estadounidenses.
En familias puertorriqueñas, el lechón asado y el arroz con gandules pueden compartir mesa con la salsa de arándanos y el relleno de pan. Mientras que, los colombianos suelen añadir a la cena arepas, empanadas y tamales, y los cubanos incluyen arroz con frijoles negros y yuca al mojo.
Esta mezcla de sabores refleja la identidad bicultural de la comunidad latina y transforma la cena en un verdadero mosaico gastronómico.
Día de Acción de Gracias, un espacio para mantener vivas las tradiciones
El Día de Acción de Gracias también se ha convertido en un espacio para mantener vivas las tradiciones familiares. Las familias latinas aprovechan la fecha para reunirse, contar historias y reforzar los lazos intergeneracionales.
Muchas de estas reuniones incluyen música tradicional, como salsa, merengue o mariachi, y actividades que involucran a los niños, desde juegos hasta la preparación de postres típicos.
Más allá de la comida y las tradiciones, el Día de Acción de Gracias se ha convertido en una oportunidad en la que los latinos reflexionan sobre la gratitud, la inmigración y la convivencia cultural. Para muchas familias, es un momento para agradecer por la vida en Estados Unidos, la familia y las oportunidades de mantener sus raíces culturales.
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Según un estudio de Talker Research, el 58% de los hogares afroamericanos y el 56% de los hogares hispanos mantienen vivas sus recetas durante el Día de Acción de Gracias, transmitiéndolas de generación en generación. Esto refuerza la importancia de la fecha como un puente entre la identidad cultural y la tradición estadounidense.
En términos económicos
En términos económicos, la celebración también representa un impulso importante para el comercio minorista y los restaurantes que ofrecen menús especiales. Los supermercados reportan un aumento en la compra de ingredientes típicos latinos, desde maíz y plátanos hasta especias y salsas autóctonas.
Algunos restaurantes incluso preparan menús que combinan pavo con tamales o lechón, respondiendo a la demanda de familias que buscan mantener viva su herencia culinaria mientras celebran una tradición estadounidense.
El Día de Acción de Gracias ha trascendido su origen estadounidense para convertirse en una fiesta bicultural para millones de latinos. Platos tradicionales, reuniones familiares y la mezcla de sabores y costumbres muestran cómo la comunidad latina ha hecho suya esta fecha, transformando la celebración en un encuentro de gratitud y diversidad.

































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