A pesar del aumento en las deportaciones y los operativos ejecutados por Estados Unidos y México, los migrantes irregulares en el límite de Ciudad Juárez en el lado mexicano con El Paso estadounidense insisten en cruzar el fronterizo Río Bravo o Río Grande de forma irregular.
La situación remontó porque hace unas semanas las autoridades estadounidenses expulsaron a 200 migrantes que cruzaron por la puerta 40 del muro fronterizo y los entregaron al Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano en Ciudad Juárez, donde notificó que los regresarían a Chiapas, estado de la frontera sur de México.
Lo que sucede en Ciudad Juárez refleja las progresivas restricciones en la frontera sur de Estados Unidos, donde el 9 de mayo la Administración de Joe Biden promulgó una norma que instruye a los agentes migratorios a prohibir que las personas consideradas un “riesgo para la seguridad pública o nacional” soliciten asilo.
A finales del pasado abril, Biden y su homólogo mexicano Andrés López Obrador, acordaron “trabajar juntos para implementar de inmediato medidas concretas con el objetivo de reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares y al mismo tiempo proteger los derechos humanos”.
Solo en el primer trimestre de 2024, la migración irregular interceptada por el Gobierno mexicano aumentó casi un 200% anual hasta cerca de 360.000 personas.
Algunos migrantes que permanecen acampados en las riberas del río binacional a la espera de cruzar al otro lado, atribuyen los operativos a que este año coinciden las elecciones en Estados Unidos y México, dijeron a agencias de noticias internacionales.
Un peligro más
Esta permanecía de numerosos grupos de personas en la frontera, ha dado pie a muchas situaciones de riesgo, entre ellas lo relacionado con narcóticos. Es el caso del consumo de fentanilo que ha alcanzado a migrantes que llegan a Ciudad Juárez, donde algunos llegan con problemas de consumo de drogas desde sus países de origen como ha denunciado una organización que atiende a personas con adicciones en la frontera de México con Estados Unidos.
El fentanilo mezclado con otras drogas en Juárez ha propiciado que este nuevo y peligroso narcótico alcance a los migrantes, según reveló Julián Rojas Padilla, coordinador de Reducción de Daños en el Programa Compañeros, asociación civil que apoya a consumidores que quieran dejar las sustancias.
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Explica el activista que entre las personas que llegan a Ciudad Juárez han detectado a quienes ingieren alguna droga y también a quienes las tomaban en sus países de origen y, al encontrarse con las duras condiciones que implica la migración, retoman el consumo.