En el bullicioso corazón del corredor de South Street de Philadelphia se encuentra una historia de resistencia, espíritu empresarial y las realidades desalentadoras del crimen. Alma Romero, propietaria de Alma del Mar, comparte su experiencia desgarradora y hace un llamado a la acción a los funcionarios de la ciudad y al Departamento de Policía para abordar las crecientes preocupaciones de seguridad que afectan a los negocios locales.
Alma del Mar, un vibrante restaurante y mercado de mariscos, es un testimonio del espíritu empresarial de Alma Romero y su esposo Marcos. A pesar de los desafíos de lanzar un negocio durante una pandemia, Alma del Mar ha prosperado, convirtiéndose en un lugar querido en la comunidad. Sin embargo, detrás de escena, Alma y Marcos han enfrentado una implacable oleada de crimen y violencia que amenaza no solo su sustento, sino también su sentido de seguridad.
La historia de Alma es una de coraje y resiliencia ante la adversidad. Ella relata un encuentro aterrador el 14 de abril, cuando fue brutalmente atacada mientras intentaba frustrar un robo en su establecimiento. A pesar de sus esfuerzos por proteger su negocio y su comunidad, Alma fue víctima de una violencia sin sentido, dejándola física y emocionalmente marcada.

El incidente del 14 de abril no fue un hecho aislado. Alma relata múltiples instancias de robo y violencia dirigidas a su negocio, incluido el descarado robo de su camión refrigerado, una línea vital para transportar mariscos frescos. Estos eventos no solo han afectado la salud física y mental de Alma, sino que también han afectado las operaciones de su negocio, obligando a cierres y perturbando el flujo comercial.
El llamado de Alma a la acción se extiende más allá de sus propias experiencias. Destaca las implicaciones más amplias del crimen descontrolado en el corredor comercial de South Philadelphia, un centro una vez vibrante ahora marcado por el miedo y la incertidumbre. La falta de presencia policial visible y la lenta respuesta a los incidentes exacerban la sensación de vulnerabilidad que sienten Alma y sus colegas dueños de negocios.
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Frente a la adversidad, Alma encuentra consuelo en el apoyo de la comunidad. Como miembro de la recién formada Asociación de Empresarios Mexicanos, encuentra fuerza en la solidaridad de sus colegas empresarios. Juntos, abogan por medidas de seguridad mejoradas y buscan un compromiso significativo de los funcionarios de la ciudad para abordar las causas fundamentales del crimen en su vecindario.

El llamado a la acción de Alma resuena no solo con la comunidad latina, sino con todos los filadelfianos que aprecian la diversidad y vitalidad de los corredores comerciales de la ciudad. Es un ruego por la seguridad, la justicia y la preservación del sueño americano para empresarios trabajadores como ella.
Mientras Alma continúa navegando por las secuelas del trauma y reconstruyendo su negocio, su resiliencia sirve como un faro de esperanza e inspiración. A través de la unidad y la acción colectiva, ella cree que es posible el cambio: un futuro donde los negocios puedan prosperar sin miedo y las comunidades puedan florecer sin la sombra de la violencia acechando por encima.
El momento de actuar es ahora. La historia de Alma del Mar es una llamada de atención para que los líderes de Philadelphia prioricen la seguridad pública y apoyen a los pequeños empresarios de la ciudad. Juntos, podemos reclamar nuestras calles, revitalizar nuestros vecindarios y asegurar que cada empresario tenga la oportunidad de triunfar y prosperar.
Por: Martin Alfaro