Una mezcla de tacto y capacidad de persuasión y “cabeza fría” permitió a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, retrasar los aranceles de Donald Trump, pero sin despejar la incertidumbre económica.
Sheinbaum consiguió una prórroga de 90 días, a la espera de firmar un acuerdo de “largo plazo” con el mandatario estadounidense, quien anunció aranceles a decenas de socios que regirán desde el próximo viernes.
La mandataria izquierdista obtuvo esa prerrogativa durante una llamada telefónica con Trump, pocas horas antes de que venciera el plazo que este había dado a sus contrapartes para llegar a acuerdos que evitaran los gravámenes.
Argumentó que los aranceles causarían un daño al vasto intercambio comercial entre los dos países.
Fue la novena conversación telefónica entre ambos líderes desde que Trump volvió al poder en enero, con la amenaza de castigar las exportaciones de México -su principal socio comercial- por la supuesta tolerancia de este al tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
Pero ¿Cómo logró Sheinbaum esta ventaja para la segunda economía latinoamericana? “Con cabeza fría”, respondió la presidenta este viernes en su habitual rueda de prensa.
Sobre su estrategia, la física de 63 años añadió que evita “confrontar” al magnate, al tiempo que defiende el principio de soberanía, gravemente vulnerado en el siglo XIX cuando México perdió la mitad de su territorio durante una invasión estadounidense.
“México representa mucho para Estados Unidos (…), ellos están conscientes de ello”, destacó la mandataria.
“No hemos cedido”
Gracias al acuerdo de libre comercio (T-MEC, entre México, Estados Unidos y Canadá), casi 85% de las exportaciones mexicanas están libres de aranceles.
Y aunque el país consiguió desactivar la tarifa de 30% general, el vital sector automotor enfrenta un gravamen del 25%, aunque con algunos descuentos sobre partes fabricadas en Estados Unidos.
Además, el sector del acero y el aluminio enfrenta un arancel del 50%.
Aún así, el gobierno reivindica como una victoria el plazo de 90 días arrancado a Trump.
“Sin ánimo adulatorio, les puedo decir que el manejo que tiene nuestra presidenta de su conversación, su trato, la firmeza con la que defiende los intereses de México, su capacidad para convencer al presidente Trump, es muy grande”, destacó ante la prensa el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien lidera las negociaciones comerciales.
Los comentarios de Ebrard, presente en la plática del jueves, son relevantes al provenir de una importante figura del oficialismo que criticó duramente a Sheinbaum cuando compitieron por la candidatura presidencial en 2023.
Ebrard la acusó entonces de abusar de su poder como alcaldesa de Ciudad de México para ganar la nominación.
Testigo también del diálogo con Trump, el canciller Juan Ramón de la Fuente resaltó igualmente la “inteligencia” de Sheinbaum frente a “un líder mundial que ha sido muy explícito en sus planteamientos y puntos de vista”.
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Sheinbaum, quien asegura que hasta el momento no ha “cedido en nada” en las negociaciones con Trump, anunció que ambos países están por cerrar un acuerdo sobre seguridad, que incluirá el contrabando de fentanilo y de armas que terminan en manos de los cárteles mexicanos.
Asimismo, ha dejado abierta la posibilidad de importar más productos estadounidenses para equilibrar la balanza comercial.
Incertidumbre
Pese al ambiente triunfalista, algunos expertos opinan que la presidenta apenas estaría ganando tiempo y que la amenaza arancelaria seguirá latente a menos que el proteccionismo de Trump socave gravemente la economía estadounidense.
La prórroga “no soluciona el tema de la incertidumbre; regresamos al punto inicial de este año”, dijo a la AFP Diego Marroquín, experto comercial en el Center for Strategic Studies de Washington D.C. (CSIS).
A su juicio, “definir el nivel de aranceles” es una cuestión crítica para México y Canadá, que necesitan que la inversión fluya.
Por: AFP