El candidato demócrata y actual presidente electo logró colorear de azul al segundo estado de la Unión. El resultado en Pensilvania para Joe Biden: 45 mil 646 votos de diferencia sobre el republicano. En muchas regiones latinoamericanas es común el aforismo que reza “lo que es igual no es trampa”. El refrán es oportuno porque en 2016 Donald Trump ganó Penn con una ventaja de 44 mil sufragios.
Sin contar los votos emitidos por “libertarios”, en Pensilvania sufragaron al menos 6 millones 678 mil 415 personas. Los demócratas se alzaron con la victoria con 49.8% de la porción total. Los republicanos quedaron atrás con 49.1%. En término básicos los azules obtuvieron 3.362.032 votos y los rojos3.316.383.
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En realidad todos los votos contaron para el triunfo de Biden en su natal Pensilvania. Sin embargo, el torrente de votos llegó de la metrópolis. Es cierto que el mensaje de Biden caló en condados que habían sido controlados por Trump en 2016. Algunos de ellos fueron recuperados. Sin embargo fue en Filadelfia donde se fraguó la ventaja. Biden: 45 mil 646 votos
Joe Robinette Biden: 45 mil 646 votos
Para hacerse del estado a Joe Biden solo le bastó tomar 11 de los 67 condados de Pensilvania. La “joya de la corona”, Filadelfia, ofreció al demócrata una diferencia colosal. Sin dudas el apoyo de la Ciudad del Amor Fraterno a la causa progresista ha sido constante.

La cosecha de Filadelfia fue una de las más frondosas que haya visto Biden en sus tres intentos de ser Presidente. El de Scranton se alzó con la victoria cuando cuenta con un total de 75.404.182 votos, un 50.7 % del total. El republicano Donald Trump ha conseguido el apoyo de 70.903.094 estadounidenses, un 47.6 %.
Hasta la redacción de esta nota el neoyorquino no había reconocido la victoria de su contrario. Se encuentra ahogado en dilemas judiciales y espoleado por partidarios. De acuerdo a CNN ha recibido el consejo de ceder la Oficina Oval de su esposa, Melania Trump y de su yerno Jared Kushner.
La tarea de Pensilvania
De acuerdo a analistas políticos la victoria de Joe Biden en Pensilvania se comenzó a construir mucho tiempo atrás. Con una ley novísima que permitió el voto por correo durante las primarias el plan se echó a andar. No fue sofisticado como el que advierten en la elaborada y no probada conspiración entre Cambridge Analytica y la Oficina de Campaña republicana para 2016.
Lo hicieron al estilo “old fashion”. Desde mediados de agosto hasta el 26 de octubre un ejército de hormigas azules que salvaron los obstáculos de la pandemia fue casa por casa, oficina por oficina a buscar a los que con intención de voto favorecerían a Biden.

Facilitaron todo. Tenían los medios de comunicación. Crearon las Oficinas satélites; educaron, instruyeron y enseñaron a la gente a usar el ballot mail. Juntaron 2.6 millones de votos por correo que representaron el 70% de los votos emitidos en la contienda de 2016.
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Así ganaron. Biden: 45 mil 646 votos. Esa es una diferencia parecida a la lograda por Trump hace 4 años. Los demócratas hicieron ejercicio electoral durante más de un mes y los republicanos se conformaron con mostrar “su fuerza” solo el 3 de noviembre.