“Asserting Presence” es una exposición íntima de los grabados y pinturas de Nitza Tufiño, que estará abierta hasta el 13 de mayo, en la sede de la organización sin fines de lucro, Taller Puertorriqueño.
Con un vasto cuerpo de trabajo, Tufiño aborda la dualidad de ver y ser vista en un acto de reconocimiento y de afirmación.
La exposición también abarca la riqueza de la cosmología de los pueblos indígenas del Caribe, los taínos, cuya influencia persiste.
Nacida en México, Tufiño es hija del artista puertorriqueño Rafael Tufiño y de la bailarina y modelo mexicana Luz Maria Aquirre.
Tufiño, quien se considera bicultural, siendo de múltiples orígenes, puertorriqueña y mexicana o mexi-ricana, fue criada espiritualmente como católica, pero fue influenciada por las Orishas de Santería del Caribe en su arte.
Ella celebra la diversidad de la ascendencia de sus hijos, con una hija medio judía y un hijo medio japonés. Ahora es budista nichiren practicante y una orgullosa miembro de la SGI (Soka Gakaai International), una organización con sede en Japón dedicada a la felicidad y la paz mundial.
Su infancia en Puerto Rico la rodeó de artistas, bailarines, músicos, cineastas, intelectuales y activistas. Al llegar a Nueva York en 1969, se involucró en la fundación del Museo del Barrio, para el que creó la obra de arte original de la fachada.
En ese momento, también fue consultora de arte puertorriqueño y caribeño en el Museo de Brooklyn y el Museo Metropolitano de Arte, haciendo de su voz y la de los artistas latinos.
Lee también:Oficial: Joe Biden busca la reelección
Estas actividades la llevaron a la instalación de obras públicas alrededor de la ciudad de Nueva York, que celebran visualmente el patrimonio cultural y artístico puertorriqueño, sudamericano y caribeño.
Tufiño también fue miembro fundador de El Taller Boricua y es el maestro grabador y director del Taller de Grabado Rafael Tufiño.
Como miembro de la junta directiva de Amigos de Puerto Rico, abrió la Galería Caimán en el espacio de exposición SoHO, más tarde conocido como el Museo de Arte Hispano Contemporáneo (Mocha).
En 1990, el Mocha cerró sus puertas, y sus archivos fueron donados al Hostos Community College de la Universidad de Nueva York, en el sur del Bronx. En su obra de arte, pedagogía y activismo civil, Tufiño ha sido una defensora incansable de la representación diversa y latina.